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Siria histórica

Mari (2900
a.C. al 1759 a.C.)
Mari ha sido habitada
desde el quinto milenio antes de Cristo, pero su mayor importancia fue
durante el tercer y el segundo milenio adC. La
población de Mari era semita, seguramente formada por la misma migración que
la de eblaitas y acadios.
Ebla (2350
a.C. al 2250 a.C.)
Ebla fue un reino de Siria centrado
en la ciudad de Ebla, la cual ya existía al
comienzo del tercer milenio momento en el que llegó a ser un verdadero centro
urbano amorreos,
que se desarrolló por el comercio con Mari, ciudad de la que fue tributaria hacia
2500 a. C.,
pero dicho tributo fue desapareciendo hasta que hacia 2400 a. C.
la situación se invirtió, y Mari pasó a pagar tributos a Ebla,
cuyo rey designaba al jefe de estado de Mari.
El nombre de "Ebla" significa "Roca Blanca", y se
refiere al afloramiento de piedra caliza con que la ciudad estaba construida.
Aunque el sitio muestra signos de una ocupación continuada desde el 3000 a. C.,
su poder creció y alcanzó su apogeo en la segunda mitad del siguiente
milenio. Llegó a la cúspide su poder hacia 2350 a. C.-2250 a. C.
La mayoría de las tabillas del palacio de Ebla, que
datan de este periodo, son sobre materias económicas; ellas proporcionaron un
buen aspecto a la vida diaria de los habitantes, además de muy importantes
ideas sobre la vida cultural, económica, y política del norte de Siria y del Oriente Próximo hacia la mitad del tercer milenio
adC. Los textos son las cuentas de los ingresos del
estado, pero también incluyen cartas reales, diccionarios sumerio-eblaíta, textos escolares y documentos diplomáticos, como
tratados entre Ebla y otras ciudades de la región.
Se enfrentó a Sargón I de Acad,
que aunque ocupó Mari no pudo hacerse con Ebla, que
finalmente sería conquistada por su nieto Naram-Sin hacia 2250 a. C.
y fue entonces cuando fue abandonada por sus habitantes durante algunos años,
al final del siglo volvía a estar habitada y tenía un rey aunque menos
poderoso que antes. Pero dicho rey fue expulsado por el rey de Ur.
Al final de esta segunda época, el dominio de la ciudad pasó a Yamkhad, que la convirtió en un principado
vasallo.
Varios siglos después de su
destrucción por los acadios, Ebla consiguió
recobrar algo de su importancia, y tuvo su segundo apogeo del 1850
al 1600 a. C.
Su pueblo fue entonces conocido como amorreos; Ibbit-Lim fue el primer rey.
Ebla es
mencionada en textos de Alalakh alrededor de 1750 a. C.
La ciudad fue destruida de nuevo en el turbulento periodo de 1650–1600 a. C.,
por el rey hitita
Mursil I o Hattusil I.
Ebla nunca
se recuperó de su segunda destrucción. Sobrevivió como un pequeño pueblo
hasta el siglo
VII, después estuvo desierta y olvidada hasta su redescubrimiento
arqueológico.
Río Éufrates • Halabiyya
El Éufrates (del griego
Ευφράτης;
en árabe الفرات,
Al-Furat; turco:
Fırat) es el río occidental de los dos
grandes ríos que definen la Mesopotamia, junto con el Tigris.
Nace en Armenia,
fluye por las montañas de Anatolia hacia Siria y
posteriormente Iraq. El río confluye con el Tigris
para formar el Shatt al-Arab,
que a su vez desemboca en el Golfo
Pérsico. Tiene una longitud de 2.780 km. En la
Biblia es conocido como "el río" y es el que atravesaba Babilonia.
En la Biblia se indica que el
Edén es un huerto o jardín que habría existido (al oriente),
indicando su existencia en una región que se hallaría en el Oriente
Medio. Igualmente se dice que de él salía un río que se dividía en
cuatro, llamados: río Pisón, que se dice, rodeó toda la tierra de Havila;
el río Gihón,
que habría rodeado toda la tierra de Cus
(Etiopía); el río Hidekel (río Tigris);
que iría al oriente de Asiria; y el río Éufrates.
Su caudal no es abundante en
relación al tamaño de su cuenca, ya que discurre por zonas áridas y
desérticas donde se da un importante aprovechamiento hídrico, con multitud de
presas en su curso, sobre todo en Turquía, y
la irrigación en Mesopotamia que tiene más de 3000
años de historia. Esta escasez de agua en el Oriente
Medio deja a Iraq con el temor permanente de
que Siria y Turquía vayan a utilizar la mayor parte del agua antes de que
llegue a ellos. El caudal medio es de 830 m³/s
cuando entra en Siria, pero oscila entre los 300 m³/s
del periodo de estiaje y los 5.200 m³/s en sus
máximos fluviales que causan inundaciones.
Halabiye (Arabic
الحلابيا) a fortress is found
on the shores Euphrates, 58 kilometers north of Der Ezzor
city in the district of al-Tibni, and 165 kilometers northeast of Palmyra whose
trade it long administered.
Halabiye site first mentioned
in the lists of the Assyrian king Ashurnasirpal
I ("Ashur Guards the Heir", c. 1050-1031 B.C.), son of Shamshi-Adad
IV and grandson of the great Tiglath-Pileser
I.
The following construction
probably related to the revered fortress city-state of Dur Karbani, c. 877
B.C., built at the command of Ashurnasirpal's namesake, Ashurnasirpal II, son
of Tukulti-Ninurta II. Dur Karbani was looked on at one point to have been
the seat of the god Assur, and per se, a burial site for Assyrian royal
family. Certainly tombs, from the Assyrian period
as well as the Palmyrene,
were noticeable in the cliff walls facing the river.
Ashurnasirpal II extended
Assyrian power farther than his father ever had. He crossed the Euphrates,
reached the Mediterranean and received tribute from states as far
south as Tyre.
The site witnesses living of
many kingdoms and civilizations, Babylonian,
Assyrian, Arameans.
When Alexander
arrived there were remains of several construction phases in the Halabiye
pass, all destroyed. Alexander thought of building dams to keep river's
water. In Seleucid
period, the Parthians
were dominants on the river basin. The trading centers they had established
in Halabiye, and downriver in Dura-Europos,
were finally, on the other hand, committed to Palmyrene management for the
shipment of the goods that traveled between the markets of Iraq and Central
Asia on the one hand, and Damascus and the Mediterranean on the other. Later
Palmyrenes found refuge there when were attacked by Mark
Anthony in 41 B.C., who demolished the Halabiye and Zalabiye sites.
The spectacular ruins still
visible in Halabiye mostly stand for the Byzantine era. They were wisely raised
during Justinian's
policy of securing the Euphrates against the Persians, but
the site, known to the Assyrians as Ninqoshaborat,
and having been destroyed during the Aramean period, was revived during its
Palmyrene days. It was, actually, renamed in honor of the creative and
defiant Queen Zenobia
(al-Zabba'a), before again being destroyed by the Romans.
Dura Europos
Dura Europos o Dura-Europos
(Dura, término babilónico que hace referencia a fortaleza y Europos, localidad de nacimiento de Seleuco Nicator, a quien se
atribuye su efectiva fundación) fue una antigua ciudad de origen macedónico-griego fundada en el 300 a. C.,
asentada sobre restos de una localidad semita. Está
situada en la actual Siria, a mitad de camino entre Alepo
y Bagdad, a
orillas del Éufrates, en un punto
estratégico de varias importantes rutas comerciales de la antigüedad. Allí
está enclavada la actual Salihiye.
Junto a Edessa
y Nísibis formaba parte del entramado de comunicaciones
del Imperio Seléucida. En
el siglo II a. C. fue ocupada por los Partos. No
obstante, a nivel artístico, quedó bajo la influencia del helenismo griego, lo que puede observarse con
más claridad en el Templo de Artemisa.
Tras la ocupación Romana,
mantuvo su condición estratégica, como punto de contacto de las caravanas,
pero junto a Palmira,
constituyó una suerte de enclave neutral que le permitió mantener un tráfico
fluido de mercancías y estar ausente de la mayoría de los conflictos de la
época. De las buenas relaciones con Palmira da testimonio el hecho de haberse
construido dos templos en honor de sus dioses, Bel y Arsu.
Así, se desarrolla una cultura urbana singular, mezcla de todas las de la
época, en la que se comparten templos a Mitra,
los dioses griegos (Zeus llegó a tener
tres templos), romanos, deidades locales, sinagogas e,
incluso, a la nueva y ascendente religión cristiana,
situándose la iglesia más antigua de la que se tiene noticia de esta
religión. Durante todo este tiempo, aunque nominalmente bajo soberanía
romana, eran los partos quienes controlaban la libertad de comercio de las
ciudades en una suerte de acuerdo entre Roma y Partia.
La
expansión de Trajano,
que fortalece los límites del
Imperio, asignan a Dura Europos un nuevo papel
como ciudad fronteriza, siendo conquistada por la Legio III Cirenaica,
en cuyo honor se levantó un arco
triunfal. Se estableció una poderosa guarnición para el control de los
partos. La nueva reorganización la asignó a la provincia
romana de Mesopotamia, aunque después
regresó a la de Siria. Se reforzó su condición militar y los campamentos se
extendieron al norte de la ciudad. No obstante, se restauraron los viejos
templos y se construyeron otros nuevos, siempre manteniendo el respeto a las
características propias de un lugar donde las más variadas creencias tenían
su espacio. Se construyó un anfiteatro en tiempos de Septimio Severo. Ese fue el momento de mayor
esplendor.
Después, con la llegada de los sasánidas a mediados del siglo II, la ciudad entró en
un periodo de decadencia, siendo completamente destruida, sin saber
exactamente la fecha (quizás bajo el reinado de Sapor I). Estudios
arqueológicos recientes, realizados por el británico Simon
James, postula el uso de gases venenosos por parte de los sasánidas
durante la conquista de la ciudad. Las tropas sasánidas
practicaron un túnel bajo la muralla con el fin de derribarla, pero al
percatarse de que los defensores realizaban su propio túnel defensivo, que
empalmaría con que ellos construían, decidieron incendiar betunes y cristales
de azufre que inundaron con densos gases la galería romana, donde se
encontraron amontonados veinte cuerpos de legionarios.
Palmira (en árabe
تدمر Tadmor
o Tadmir) fue una antigua ciudad situada en
el desierto de Siria,
en la actual provincia de Hims
a 3 km de la moderna ciudad de Tadmor o Tadmir,
(versión árabe de la misma palabra aramea "palmira",
que significa "ciudad de los árboles de dátil"). En la actualidad
sólo persisten sus amplias ruinas que son foco de una abundante actividad
turística internacional. La antigua Palmira fue la capital del reino nabateo bajo el
efímero reinado de la reina Zenobia, entre los años 266 - 272.
En la vecindad del oasis de Afqa se produjeron los primeros asentamientos de los que
se conoce su existencia de los archivos de Mari.
En la Biblia
se menciona con los nombres de Tadmor y Tamar
(aunque hay cierta confusión con otra ciudad cerca del Mar Muerto). Durante
el predominio de los seléucidas en Siria,
Palmira consiguió su independencia.
En el 41 a. C.
los habitantes de Palmira huyeron de las tropas de Marco
Antonio al otro lado del Éufrates. En el siglo I Siria se convirtió en provincia romana
y la ciudad prosperó con el comercio de caravanas al estar situada en la ruta
de la seda.
Tras una visita, el emperador Adriano otorgó
a Palmira los derechos de ciudad libre y cambió el nombre a Palmyra Hadriana.
Tras la captura del emperador
romano Valeriano
en la guerra contra los sasánidas, Palmira defendió las
fronteras bajo el mando del gobernador Septimio Odenato. Tras su
asesinato, su viuda Zenobia en nombre de su hijo Vabalato, estableció en Palmira la capital de su
reino nabateo. Mantuvo su independencia durante seis años frente al acoso y
sitio por Roma consiguiendo extender su área de influencia hasta Egipto. En
272 fue derrotada y llevada cautiva por el emperador romano Aureliano quien la hizo tirar de un carro encadenada
en cadenas de oro durante su marcha triunfal. Luego fue perdonada y se pudo
retirar a una villa en Tibur. Tras una segunda revuelta de
sus habitantes Palmira fue arrasada en el 273. Diocleciano reconstruyó Palmira aunque la nueva
ciudad era más pequeña y estableció un campamento en sus cercanías como
defensa contra los sasánidas.
En el año 634 fue tomada por los
musulmanes y en el 1089
fue completamente destruida por un terremoto.
La principal atracción de
Palmira son las ruinas, entre las que se destaca el templo de Bel. Edificado en el
año 32 después de Cristo, fue consagrado al culto de Bel, derivación del término
babilónico Baal, que significa amo. Era el dios supremo de los habitantes de
la ciudad, el dios de los dioses. En el templo, que fue transformado en
iglesia en el siglo IV, se hacían sacrificios de animales.
A pocos metros del templo comienza
una gran columnata de 1200 m que era el eje de la vieja ciudad, que llegó a tener cerca
de 200.000 habitantes (número enorme para una ciudad de aquella época). Entre
las columnas, por la amplia calle, transitaban los animales, y debajo de las
columnas había veredas para el tránsito de las personas. A los lados de la
extensa columnata hay una serie de ruinas en mayor o menor grado de
conservación: el templo de Nebo, deidad babilónica;
el templo funerario; el campamento de Diocleciano, que antes había sido el palacio de la
reina Zenobia; el teatro y, entre otros, el ágora, donde
se realizaban operaciones comerciales y se discutía. Un poco alejado de la
columnata hay un hermoso templo cuya función no se conoce con exactitud, pero el
edificio se conserva muy bien.
Saliendo de la ciudad,
adentrándose un kilómetro en las montañas, hay un sitio de paisaje
inquietante y desolador, con construcciones como torres cuadradas y macizas.
Es el valle de las tumbas. Hay tres tipos de tumbas y fueron construidas en
los tres primeros siglos de esta era. Algunas de estas construcciones podían
llegar a albergar hasta 500 cuerpos.
Antigua capital de la provincia
romana de Arabia e importante etapa en la antigua ruta caravanera de La Meca, Bosra conserva, encerrados en sus gruesas murallas, un
magnífico teatro romano del siglo II, ruinas nabateas, romanas y bizantinas y
varias mezquitas.
Bosra fue
una ciudad muy próspera. Paso obligado de las caravanas procedentes de
Arabia, su importancia comercial fue enorme, y llegó a contar 50.000
habitantes.
Mencionada por primera vez en
las Cartas de Amarna
(siglo XIV a. C.), con el nombre de Busrana,
no se desarrolla realmente hasta el siglo II a. C., cuando se
convierte en capital norte de los nabateos,
aunque el título oficial no le fue otorgado hasta el siglo I, bajo Rabbel II.
En 106 se convirtió en la
capital de la provincia romana de Arabia
Pétrea, creada por Trajano después de la anexión del reino nabateo. Al estar
situada en una importante vía de comunicación, la Via Nova
Trajana, más de 5000 legionarios
se instalaron en ella, y pronto se convirtió en la guarnición definitiva de
la Legio III Cyrenaica. Engrandecida y embellecida con edificios
públicos organizados alrededor de un cardo
y un decumano, fue rebautizada Nova Trajana Bostra por Trajano entre 98 y 117. Durante ese mismo
siglo, se construyó el gran teatro de 17.000 plazas, uno de los mayores del
oriente romano, que se ha conservado casi intacto hasta nuestros días.
Desde
principios del siglo III, el cristianismo,
en plena expansión, modifica el paisaje urbano: Se construyen numerosas
iglesias y una catedral dedicada a los santos Sergio, Baco
y Leoncio.
Hacia el año 500, en el Imperio Romano de Oriente los obispos y
su clero habían asumido muchas de las obligaciones anteriormente competencia de
los consejos municipales. En Bosra el obispo
construyó su propia cárcel, en la que debía alojar y alimentar a los
delincuentes que esperaban su juicio.[1]
En el siglo VI Bosra fue la capital de los gasánidas, una tribu árabe cristiana monofisita
que formó un pequeño estado cliente de Bizancio en
la zona fronteriza del desierto sirio.[2]
El
monarca sasánida Cosroes II invadió Siria en 611, conquistando Jerusalén
en 614 y Egipto en 619. Sólo en 628 logró el emperador Heraclio derrotar a los persas y restablecer la
antigua frontera entre ambos imperios. En 629 se negoció la retirada de los
ejércitos persas de Siria y Egipto, y se emprendió el restablecimiento del
dominio bizantino en las provincias recién recuperadas.[3]
Según la tradición musulmana,
fue durante una visita a Bosra realizada durante su
juventud que Mahoma
(ca. 570-632) fue introducido al monoteísmo
por el monje cristiano Bahira.[4]
Bosra fue la primera ciudad bizantina de
importancia en ser tomada por los musulmanes, en el año 634. No está claro si
contaba con una guarnición militar bizantina, pero parece haber ofrecido poca
resistencia a los invasores árabes.[5]
Tras la conquista de la ciudad, la región se convirtió en un campo de batalla
entre musulmanes y bizantinos, que se disputaban el control de Siria.
Se construyeron treinta y seis
mezquitas, entre ellas la de Omar, y numerosos cristianos se convirtieron al Islam. Los selyúcidas gobernaron la ciudad desde finales del
siglo XI, restablecieron su prosperidad y la protegieron de los cruzados.
Nur al-Din fortificó el
teatro romano y lo convirtió en una auténtica ciudadela, que no fue
conquistada hasta la llegada de los mongoles. Baibars
la restauró en 1261.
Cuando la ruta de La Meca se
desvió de Bosra, en parte para evitar el
bandolerismo en la región de Haurán, la ciudad perdió
su importancia y quedó reducida a un pequeño pueblo, que no volvió a cobrar
auge hasta que, en 1886, miles de drusos se instalaron en el lugar.
El Crac
de los Caballeros (Krak des Chevaliers en francés,
fortaleza de los caballeros en una mezcla de árabe
y francés) es un castillo situado en la actual Siria que fue la
sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en
Siria durante la época de las cruzadas.
El castillo fue construido por
los cruzados sobre un espolón del desierto sirio con el fin de proteger la
ruta que unía la ciudad siria de Homs (bajo dominio
musulmán) con Trípoli (Líbano), capital del condado del mismo nombre, en la costa del Mediterráneo.La fortaleza original había sido construida por el emir
de Alepo. Fue capturado por Raimundo IV de Tolosa
en 1099 durante la
Primera
Cruzada, pero fue abandonado cuando los cruzados siguieron su ruta hacia Jerusalén.
Fue reocupado por Tancredo, príncipe de Galilea en 1110. Raimundo II, conde de Trípoli, se lo cedió
a los caballeros hospitalarios en 1142. Durante el siglo y medio siguiente, los caballeros
construyeron una imponente fortaleza, la mayor de Tierra Santa, que resistió
al menos doce asaltos por parte de los musulmanes.
El castillo se construyó en dos etapas. En la
primera se levantaron los muros exteriores y un núcleo interior de pequeñas
edificaciones cuadradas, de forma que para 1170 la fortaleza estaba
terminada. En 1202 un terremoto afectó a parte de las fortificaciones, de
forma que poco después se acometió una profunda reestructuración. Así surgió
el núcleo actual de fortificaciones y las defensas exteriores: un muro
externo de treinta metros de anchura con siete torres de 8-10 metros de
anchura, creando una fortaleza concéntrica. Las laderas escarpadas del
espolón se aprovecharon con fines tácticos.
Aunque el risco en el que
estaba situada proporcionaba un emplazamiento ideal, una fortificación
situada en este punto poseía dos púntos débiles: la
puerta principal y el flanco sur, abierto a la llanura. Para proteger este
expuesto lado, se levantó un muro de albañilería con tres grandes torres,
precedido de un enorme parapeto de mampostería que en algunas zonas medía 25
metros de espesor.
El problema de la entrada se
resolvió haciendo que el acceso a ella se construyera en zigzag por el
declive escarpado, de manera que un posible invasor se expondría durante su
asalto al fuego de los adversarios. Entre las puertas exterior e interior, un
angosto pasillo entre muros y defensas colosales.
La posibilidad de rendir la
fortaleza mediante asedio también resultaba inútil. La fortaleza poseía un
almacén de 120 metros de largo y almacenes adicionales excavados en el
acantilado bajo la fortaleza, donde se almacenaba agua y alimentos
suficientes para mantener largo tiempo a una guarnición de 2.000 hombres. Se
estima que podría haber resistido un asedio de cinco años.
Además del control de la ruta
hacia el Mediterráneo, los caballeros hospitalarios ejercieron cierta influencia
sobre el lago Homs
al este, donde podrían haber controlado la industria pesquera y vigilado los
ejércitos musulmanes reunidos en Siria.
En
1163, la fortaleza fue infructuosamente asediada por Nur al-Din. Después de su
victoria, los hospitalarios se convirtieron en una fuerza virtualmente
independiente en la frontera del condado de Trípoli. Fue asediado, también
infructuosamente por Saladino en 1188. Finalmente,
fue el sultán de Egipto,
Baibars, quien tomó la fortaleza (8 de abril
de 1271).
En
aquel entonces, la guarnición de hombres era escasa. Un año antes, la Octava
Cruzada había fracasado y el envío de ayuda desde el oeste resultaba
imposible. Durante varias semanas, las fuerzas de Baybars
minaron la torre sudoeste del muro exterior hasta que se derrumbó. Sin
embargo, cuando los atacantes penetraron en el recinto, se encontraron ante
la segunda línea fortificaciones, también imponentes, que aún les cerraba el
paso.
Baybars,
no queriendo aceptar la derrota o la posibilidad de un largo cerco, recurrió
a la astucia. Según los historiadores árabes, se valió de una paloma para
enviar una carta falsa al castillo. El mensaje decía venir del gran maestre
de la orden hospitalario y ordenaba la rendición de la tropa, pues no era
posible enviarles hasta allí socorro alguno. La orden fue obedecida y Baibars pudo capturar la fortaleza. Además, concedió
caballerosamente a la guarnición un salvoconducto para que se trasladara
hasta Trípoli.
Baybars
refortificó la fortaleza y la usó como base en su campaña contra Trípoli.
También convirtió la capilla en mezquita. Los
mamelucos
la utilizaron posteriormente en su ataque a San
Juan de Acre en 1291.
La
fortaleza es uno de los pocos lugares donde el arte cruzado (en forma de
frescos) se ha preservado. Eduardo I de
Inglaterra, durante la Novena
Cruzada en 1272, vio la fortaleza y la usó como ejemplo de sus propios
castillos en Inglaterra y Gales. Según expresión de T.E. Lawrence, el
Crac de los Caballeros es el castillo más admirable del mundo.
= Fotos : Vídeo
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