Religiones y Creencias

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Vedismo

El vedismo [1] es una civilización aportada en la India antigua por un pueblo descendido de las mesetas de Irán, después de la decadencia de las ciudades de Mohenjo-daro y Harappa. Este pueblo arya, organizado en castas complementarias, assied su potencia sobre la práctica de ritos complejos que integran palabras y gestos “mágicos”. Hay toda su fuerza en forma de “himnos” transmitidos oralmente de amo a discípulo. La invención de la escritura permite crear recopilaciones de textos cuyo principal se nombra a Rig-Veda.

Veda significa simultáneamente conocimiento intuitivo de las potencias activas numineuses que regulan la existencia de la sociedad de los aryas, y práctica de los métodos aptos para influirlos. Dotadas con un nombre que permite mencionarlas, estas potencias se convierten en devas luminosos. Por el ejercicio del ritual védique, los celebrantes brahmanes refuerzan el poder del rey, el raja, y garantizan así la prosperidad del pueblo arya.

Bajo los auspicios de los brahmanes la importancia del vedismo pasa poco a poco del ritualismo a la especulación cosmogónica. El corpus de textos védicos sigue siendo fundamental, pero se completa progresivamente de comentarios nombrados brahmana que fundan una nueva ideología en la India antigua, la del brahmanismo, que evoluciona a continuación hacia las distintas formas históricas de hinduismo, hasta las del hinduismo contemporáneo. Los Indios de hoy utilizan aún los textos védicos, pero lo integran en una cultura muy diferente del vedismo de los antiguos aryas. Para percibir bien lo que era el vedismo realmente original, conviene no mezclar las interpretaciones hindouistes actuales del Veda a las de los textos védicos antiguos.

La mirada occidental sobre el vedismo es muy reciente y fecha del Siglo XIX siglo solamente. El anacronismo del vedismo antiguo y el alejamiento geográfico de la India dan al científico europeo un retroceso enorme. Este retroceso podría ser una prenda de imparcialidad científica que siempre no se ha comprobado durante el estudio del vedismo, desde hace dos siglos, en Occidente. La UNESCO declaró la “tradición del canto védique” al patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en 2003 [2].

Veda

Artículo detallado: Veda.

El वे Veda es el fundamento incluso del vedismo. Expone el conocimiento indispensable para mantener un informe exactamente con las potencias sobrenaturales, para poder influirlos en el sentido deseado por los hombres. El Veda “fueron oídos” y transmitidos por científicos místicos, el Rishis; constituyen el principal testimonio de la primacía hecha al conocimiento dentro de la religión [3].

Textos

Los textos del Veda constan de cuatro “colecciones” de himnos (en sánscrito, los samhitâ) [4].

Los textos del Veda todo verano no compusieron al mismo tiempo: las partes más antiguas de la primer recopilación se remontan a 1500 a.C.; la mayoría de los otros se terminó hacia 600 a.C. la lengua en la cual se compusieron es el sánscrito, la lengua aria más antigua de la India. Hasta un reciente tiempo, se han transmitido oralmente de padre en hijo en las familias de brahmanes [3].

Rigveda-samhita

Artículo detallado: Rig-Véda.

La recopilación del ऋग्वे Rig-véda, probablemente más antiguo, incluye 1028 himnos (en sánscrito, sûkta). Esta recopilación de estrofas” o de “estrofas”, constituye el primero y el más significativo monumento lingüístico, religioso y cultural de la India. Reúne diez libros (mandala, literalmente “círculos”).

Este libro coteja en forma de himnos todas las fórmulas que recite el celebrante hot, encargado pagar al fuego los oblations y las libaciones durante el sacrificio védique, el yajna.

Samaveda-samhita

Artículo detallado: Sama-Véda.

La recopilación del सामन् Sâma-Veda, o “Veda de las melodías (sâman)”, es una recopilación de 1810 estrofas 75 de la cual solamente son original, dado que se pidió prestados los otros al Rig-Veda.

Este libro coteja en forma de cantos la mayoría de los himnos extraídos del Rig-Véda, y permite al celebrante udgāt, al chantre, acompañar mélodieusement los ritos del sacrificio védique, el yajna.

Yajurveda-samhita

Artículo detallado: Yajur-Véda.

La recopilación del यजुर्वे Yajur-Veda o “Veda de las fórmulas sacrificatorias” (yagus), es un manual que contiene las instrucciones necesarias para la celebración de los sacrificios. Está formado por dos recopilaciones, el Yagur-Veda negro y el Yagur-Veda blanco.

Este libro es utilizado por el celebrante adhvaryu cuyo papel es dirigir objetos consagrados y pronunciar dedicatorias en prosa durante el sacrificio védique, el yajna.

Atharvaveda-samhita

Artículo detallado: Atharva-Véda.

La recopilación del थर्ववे' Atharva-Veda, o “Veda de las fórmulas mágicas”, trata de cuestiones de carácter popular como los hechizos, las fórmulas mágicas y los exorcismos. Al origen no se le no consideraba como que integraba el Véda, que sólo se refería al ritual del yajña. Más tarde se le consideró como una cuarta recopilación de textos a valor védique. Consta de veinte libros, el vigésimo libro agrupando el octavo del Rig-veda [3].

El contenido de este libro no se utiliza durante el sacrificio, el yajña. El usuario de estos textos es un brahmán en función de purohita, guardia del anfitrión.

Mundo védique

Leer los textos védicos pide un buen conocimiento de la lengua sanscrite. El hombre de hoy, pero con gasto de tiempo y dolor, puede llegar a leer esta literatura y encontrar interés lingüístico o placer estético. Para entender el sentido de estas fórmulas, arregladas en lo que nombra “himnos” [5], conviene desnudarse completamente de la ideología contemporánea que forja una mentalidad científica, analítica, tecnológica, para intentar percibir el a Weltanschauung de este homo vedicus que vive al aire libre, rodeado con constelaciones, con plantas y con animales, jinete y perro pastor belga, combatiente armado de arco y flechas que habla a su arco y a sus flechas, miembro de una tribu de aryas muy integral, en un mundo que, a falta de algo mejor, el científico de hoy nombra “mágico[6].

Un sentimiento holística intenso apoya el concepto intuitivo de un mundo dinámico, en movimiento perpetuo, pero undiviso. Los aspectos de este mundo no se conciben como partes elementales sintetizadas en un conjunto. Estos aspectos muestran más bien matices infinitos de un mundo muy plástico que une potencias activas, fenómenos naturales, Estados mentales, y los integra mucho. Como un poema de Prévert, este mundo complejo ofrece una colección de aspectos muy variados, un arco, la lluvia, una idea, un rito, a una vaca, a un niño, que es las manifestaciones de potencias activas que se trata de domesticar [7]. Prascanwa alega así el poder de la Aurora: “ô brillante Aurora, el pájaro y el bípedo humano y el cuadrúpedo, a tu vuelta en el cielo, se levantan de todo lado; ti rayones, y tu resplandor se comunican al universo” [8].

Las metamorfosis de este mundo se operan sin rasgarlo, nudos, lazos, y vínculos constantemente se establecen y se desenredan, y el hombre védique deseoso de influir sobre su destino coopera por medio del ritual cuyas todas facetas sólo tienden a un objetivo: realizar la felicidad de suyo. En conclusión de una invocación a Indra, Agastya canta: “que conocíamos la prosperidad, la fuerza, y la feliz vejez” [9]. El tema recurrente de todos los cantos del Rig-Véda tiene por objeto siempre garantizar vigor, victoria, riqueza y descendencia, en este mundo ya que no se imagina otros [10].

Como el curso del sol, la evolución del cosmos es dada ritmo por ciclos sin principio y sin final. Las potencias activas del mundo védique aparecen y desaparecen como tantos nacimientos y muertes. Este gran drama cósmico se articula alrededor de un punto focal, el यज्ञ yajna publica sacro cuya complejidad corresponde a la del diseño védique del cosmos. Éste se armoniza a todas las variaciones de este acto fundamental, el यज्ञ yajna, al cual se juega esta gran ópera consagrada que organiza la sociedad y el mundo védicos [11].

Palabra

Los primer eruditos alemanes especializados en el estudio de los textos védicos interpretan éstos como la expresión espontánea de una poesía ingenua [12]. Los primer eruditos francés califican estos textos de retórica rara [13]. No perciben aún que esta literatura está constituida, básicamente, por fórmulas destinadas a incorporarse al ritual védique, y que sus calidades poéticas o literarios, secundarios, permanecen supeditadas a este destino litúrgico principal [14].

La composición de las estrofas védicos utiliza fórmulas heredadas de la tradición oral en una sociedad convencida de la potencia inherente a una palabra solemne, pronunciada a fuerte voz por un brahmán durante los ritos fundamentales de su cultura anticuada [15]. Ejemplo: “Alego a Mitra, que tiene la fuerza de la pureza, y Varouna, que es la plaga del enemigo, que conceden la lluvia al rezo que los implora” [16]. El estilo y las modalidades literarios de estas fórmulas ayudan a volverlos enérgicamente eficaces [17]. Ritualmente utilizadas, estas fórmulas pueden aumentar por su potencia propia las energías de los devas que mencionan y las de la naturaleza en la cual se insertan los hombres védicos y suyo devas [18].

Estas fórmulas utilizan a menudo comparaciones, cuyos términos se dan por potencialmente equivalentes. La evocación de un término tiene la misma potencia ritual que la del segundo. Ejemplo: “Como un elefante salvaje reduces en polvo la más fuerte potencia”, el chantre Vamadéva compara aquí a Indra a un elefante salvaje, la evocación del poder del elefante salvaje vale la del poder de Indra, y vale la del poder que reducirá realmente al enemigo en polvo [19].

Potencias

El homo vedicus vive en plena naturaleza, en este tiempo primitivo en que el hombre no pretende aún dominarlo, pero intenta adaptarse a las circunstancias naturales de su vida nómada. Percibe el dinamismo de los acontecimientos que lo rodean como fenómenos, apariciones, manifestaciones de potencias activas. Tiene el sentimiento de la presencia, detrás de estos numina, de fuerzas ocultas, potencias ocultadas, poderes invisibles que pasan a ser para él evidentes. A esta evidencia corresponde el término sánscrito de Veda [20].

Estos numina, potencias activas, pueden mostrarse para él beneficiosos o maléficos. Es vital para de intentarle que los influyera, que los domesticara, que les condujera a servir la prosperidad de sus prójimos. Para persuadirlos, utiliza el poder de la palabra, a cada numen hace corresponder un nomen construido sobre una forma verbal que menciona su función. Este nombre le permite también alegarlo, permitiendo a su fuerza oculta brillar entre los hombres, que se ha convertido en así un poder beneficioso y luminoso, lo que el sánscrito vuelve por la palabra deva [20].

Algunos devas brillan del fuego de un poder simple, así se alega el Netar es una potencia cuya acción guia y conducido, él al RV 5,50 para que conduzca el que lo ruega a la riqueza [20]. A la mayoría de los devas corresponde con todo un haz de poderes combinados que componen hasta cierto punto una figura dinámica compleja que permite su invocación por la declaración de un único nombre. Indra menciona así el poder belicoso, constituido por todas las potencias necesario para a ejercerlo [20].

La traducción de deva por “dios” puede prestar a confusión. Para la cultura védique el deva no es ni una persona, ni sobrenatural. Como la cara oculta, sus fuerzas ocultas son de este mundo ya que el vedismo no conoce no otros e ignora todo dualismo. Sin ser una persona se tutea sin embargo, sobre un método poético, con el fin de mantener con él una muy fuerte facilidad de uso. Para el homo vedicus no es un objeto, una cosa, un concepto, un concepto, ya que su mentalidad no es ni racional ni científico [20].

El panteón védique quiere representar el dinamismo de los fenómenos naturales, incluir las actividades de las fuerzas ocultadas así como sus interacciones, con el fin de influirlos, en la medida de lo posible, por la fuerza del sacrificio y encontrar así el medio de coexistir con ellas [3].

Deva

Artículo detallado: deva (dios).

Filosofía occidental considera a Dios como “principio ontológico único y supremo… sustancia inmanente de los seres… causa trascendente que crea el mundo fuera él… final del universo” [21]. El diseño védique del mundo es un monisme dinámico cíclico, sin principio y sin final, sin distinción entre immanence y transcendencia, cuyo fundamento no es un Ser superior pero una variedad de potencias activas numineuses que se manifiestan en los fenómenos, los de la naturaleza y los del mental el humano [22].

Los devas védicos son “potencias activas numineuses ocultadas que se manifiestan” que el ritual védique intenta domesticar. En el Rigveda-samhita, se cuentan treinta y tres divinidad, once para cada uno de los tres ámbitos del universo, dioses del cielo, la tierra y el agua. Estos devas se dividen a su vez en dos categorías diferentes: el Deva, guiados por Indra, y Los Garantizó, cuyo soberano es Varuna [3].

El Deva (en sánscrito, “dios”, “ser luminoso”) son divinidad en parte de la naturaleza: Dyaush Pitar, Cielo-Padre, tiene para esposa Prthivî Matar, la Tierra-Madre. Conjunto constituyen un par de dioses portadores del orden cósmico, que generó numerosos otros divinidad como Ushas, Indra, Agni y Sûrya (el Sol). Se veneran Estos divinidad se definen al toro y a la vaca y como dioses de la Fertilidad [3].

Indra y Ashvins

Artículos detallados: Indra et Ashvins.

इन्द्र Indra es el deva más mencionado en el Rig-Véda, se le consagran dos ciento cincuenta himnos [23].

Entre los devas, se encuentra un gran número de divinidad antropomorfos, incluidos el más importantes son Indra, dios tutelar del Arios, en cuestión al principio como el primero de dioses. Maître de la naturaleza, garantiza la salida del sol, la creación del Cielo y la Paleta. Personifica la fuerza belicosa que supe y que salva. Se le asocian la tormenta, el trueno y el viento (de allí, la respiración). Se lo llamaba también Vrtrahan (en sánscrito, “el asesino de Vrtra”, el demonio de la sequía); es matando Vrtra que Indra libera las aguas originales que el demonio habían encarcelado. Este mito menciona el desencadenamiento de las lluvias de la monzón después del período de sequía, dos acontecimientos que representan amenazas para los Indios. Indra tiene en sus manos una lanza (vajra, literalmente “rayo”). Los amigos y aliados de Indra son el Marout (“mortales jóvenes hombres”), que representan el trueno, lo vocifera, el relámpago y la luz. Armados de hachas, rayos y lanzas, coinciden cantando las nubes sobre su tanque de guerra. Su llegada, acompañada del trueno y la lluvia, señala la llegada de la monzón. El Marout, hijo de Roudra y la vaca Pritchni, se venera como guardias del belicosos [3].

Los dos Ashvins (en sánscrito, “dueños de caballos”), divinidad desenvueltos y valiosos, son gemelos próximos a Indra. Sobre todo se combinan al sol que aumenta, recorren cada día el cielo sobre su tanque de tres ruedas. Son los guardias de los agricultores y ganaderos se asocian también a la miel [3].

Sumó

Artículo detallado: Sumó (mitología).

El सो Sumó menciona una potencia activa importante durante el sacrificio. El Rey de las plantas, de las aguas, rey del mundo, Sumó designa la gasolina de la vida y todo lo que lo anima - el Brâhmana lo definen a la luna [3].

Se consagra un ciclo (mandala) entero, el noveno, a honrar el poder de Sumó.

Agni

अग्नि Agni es el deva más importante, después de Indra y Sumó, del Rigveda-samhita.

Agni, dios del Fuego y el propio fuego. Su resplandor y su fuerza afectan los tres mundos: fuego del sol, nace todas las mañanas en el cielo; fuego de las nubes, es el rayo que quema el aire durante la tormenta; por fin, “nace” todos los días sobre la tierra cuando los hombres encienden el fuego. Agni desempeña un papel de intermediario entre los hombres y dioses: por una parte, el humo del fuego sacrificatorio hace subir al cielo las ofrendas; del otro, el rayo revela a los habitantes de la tierra la presencia de dioses. Reapareciendo cada vez de la fricción de dos pedazos de madera, es eternamente joven, por lo tanto portador de vida y progenitura. Es él que deposita la semilla en la mujer. Es el sacerdote a la vez de dioses y dios de los sacerdotes. El Rig-Veda le consagra alrededor de dos ciento himnos [3].

Varuna y Aditya

Un आदित् Aditya es un hijo de la diosa अदिति Aditi que simboliza el no limitado del universo de la libertad. Es la Abuela también identificada a todo lo que nació, es la universal naturaleza [3].

Junto a los devas, se encuentra a otro grupo de potencias activas numineuses, Los Garantizaste, que terminan por ser asimiladas a los demonios, enemigos de dioses.

वरु Varuna y मित्र Mitra guian el Âditya, al cual se asignan las mismas características que el de Varuna: luminosidad, control, pureza, respeto del orden. Varuna es uno del más antiguos divinidad védicos, garante del buen orden de las cosas y amo del caos. Con Mitra, Varuna hace respetar el orden del mundo; ambos son aseguraron. No escapa Nada a su mirada, se lo considera como un juez severo que castiga las faltas de los hombres afectándolos de enfermedades, por ejemplo; representa el poder secular (kcatram) [3].

Rudra

रु्र Rudra (en sánscrito, “el que grita” o “el rojo”), dios de la Tormenta y la Devastación, se describe como teniendo el vientre negro, la espalda roja y el cuello azul. Si sus flechas siiembran el terror, Rudra tiene un aspecto beneficioso, es el médico. Así como Indra, se lo venera para su poder de hacer caer la lluvia, pero se teme ya que puede causar inundaciones. Se le considera también como el amo de los animales y bosques, de los cazadores y de la población no aria. Al término de un proceso que duró varios siglos, la mayoría de las características de Rudra se asignó a Shiva [3].

Vishnou

विष्णु Vishnou, que se volverá uno de la divinidad centrales del hinduismo clásico, está muy en retirada en el Rig-Veda. Se le consagran Cinco himnos solamente, dónde se habla el mito del tres no con los cuales Vishnou mide los tres mundos. Es a este mismo mito que hecho referencia el ritual brahmánica al cual los sacerdotes realizan tres no cuya función es sacralizar las tres regiones del universo [3].

Visve deva

Ushas, hermana de Sûrya, es la Aurora que, gracias a su dardo, abre la puerta del Cielo que recorre a las primeras horas de la mañana, acompañada por los gemelos Aśvin (o Nasatiya). Una veintena de himnos del Rig-Veda describen a esta hermana antagónica de la noche, que va sobre el tanque que Indra él rompió [3].

Sûrya, que da al cielo su brillo, tiene a menudo la forma de un pájaro que cruza el espacio [3].

Vâyu, el Viento, es dios aéreo que recibe, el primero, la parte de sumó (palabra que designa a la vez esta planta y el licor que se extrae, ofrenda fundamental de todos los sacrificios durante el primer período védique), del cual es el guardia [3].

El Apsaras (“aquéllas que se mueven en el agua”) se definen a veces a las nubes, a veces a los espíritus que viven en el agua; son las maestras de los gandharva, de los espíritus que pueblan el aire. Se protegen se asocian al matrimonio y también los vírgenes. Los apsara son bailarinas divinas, los gandharva de los músicos [3].

Parjanya es la personificación de la Lluvia y crea el principio de la vida [3].

Aryaman, por eso hijo de Aditi, protege a la comunidad aria (lo que llamaríamos el “cuerpo de los ciudadanos”). Se asocia también a las ceremonias matrimoniales [3].

Prajâpati (en sánscrito, “señor de las criaturas”) es la personificación del concepto cosmogónico consustancial al vedismo tardío. Figura Todo Ello en su diversidad y su reunión, y en su unidad [3].

Entre el divinidad menores figura Yama, señor y juez de las Muertes. Fue el primer hombre que debe morirse; su tarea es pues la conducir a los difuntos al lugar donde descansan sus antepasados [3].

Ritos

Artículo detallado: Yajña.

La relación entre los fieles y el divinidad es bivalente: por una parte, los devas, gracias a su potencia, pueden aportar al hombre riqueza, animales, victorias y darle descendientes; del otro, dioses tienen necesidad de las ofrendas del fieles y de la energía procedente del sacrificio y los rezos, fuente de su potencia [3].

Ritos domésticos

La cabeza de familia el hogar de la casa realiza los ritos domésticos generalmente sobre. Los sacrificios públicos se desarrollan al aire libre según un ritual muy detallado, que requiere la presencia de sacerdotes celebrantes, de cantantes y protagonistas que conviene el divinidad al banquete sacrificatorio [3].

Los sacrificios son esencialmente de dos órdenes: los encaminados a garantizarse la ayuda de dioses y los quiénes se realiza en un objetivo expiatorio. El divinidad, o una parte de entre ellas, a veces se invitan a participar en banquetes organizados en su honor. Las ofrendas pueden ser animales sacrificados - bueyes, caballos, oveja y cabras - o simplemente la leche, la mantequilla, la grasa, la miel, la cebada o el arroz, sin que hay de animales. La ofrenda por excelencia es lo sumó, bebida embriagadora y fuente de éxtasis, que simboliza la inmortalidad y vincula inseparablemente al hombre con el divinidad [3].

Existe varias figuras y funciones en la clase sacerdotal védique. El agnîdh es “el que enciende el fuego” del sacrificio, mientras que llama a los sacerdotes encargados colectivamente de la función ritual ritvij [3].

Ritos reales

Al sacrificio periódico de sumó se consagran la mayoría de los himnos del Rig-Veda. El asvamedha (en sánscrito, “sacrificio del caballo”) seguía, al origen, las victorias obtenidas por los señores de la casta del belicosos. Durante este ritual, se mata por sofocamiento un patrón, y se procede a continuación al matrimonio consagrado (hiérogamie) del caballo sacrificado con el favorito del señor. El asvamedha es un rito muy imponente, que preve, además del sacrificio del caballo, el de centenares de otros animales. Exige un año entero de preparación y otra, concluyente, para el desmantelamiento del aparato ritual [3].

Las fórmulas sacrificatorias más importantes son recitadas por el brahmán que ocupa el lugar más alto en la jerarquía de los celebrantes. Los ritos celebrados por los sacerdotes se desarrollan al aire libre ya que el culto védique no preve templo. Se celebra la ceremonia en una zona de verdor elegida por adelantado para su carácter propiciatorio. Los altares para el fuego están con forma de pájaro a las alas desplegada y hacen referencia al Sol; otros, de forma circular o semicircular, simbolizan a la vez el Sol y la Luna. Los altares permiten establecer un vínculo con el Cielo, los hoyos donde se depositan a los animales sacrificados son, por su parte, el símbolo de la Tierra [3].

Ritos mágicos

Las acciones rituales durante el sacrificio védique van dirigidas a los dévas cuya potencia puede influirse sobre, hasta conceder ayuda y favores al aspirante. Los ritos son técnicas útiles mover potencias o los portadores de potencias. El elemento mágico es pues raramente ausente del ritual védique [24].

Ideología

Cosmogonía

Según el himno cosmogónico del Rig-Veda (X, 129), el mundo no es ni el “existente originariamente” (sat), ni el “inexistente” (asat), pero el “El” (Eka), la Entidad Absoluta, invisible y eterna. Uno se manifiesta gracias a la energía producida por las prácticas ascéticas (mecanografió, literalmente: “calor” o “calor”), generando deseos que constituyen el panorama de la conciencia. EN esta fase, el Absoluto Trascendente se separa De Serlo, que sólo es nada de otro su manifestación [3].

Uno, el principio absoluto, se define en el Rig-Veda como un ser andrógino que tiene en sí mismo el principio masculino y el principio femenino, la cuyo a Hombre unión genera, el Varón por excelencia, el Purusha. Del sacrificio del Hombre cósmico, de su cuerpo desmembrado, nacen el mundo y las cuatro castas más importantes. Según el diseño védique del mundo, el universo consta de tres ámbitos: el Cielo, el Aire y la Tierra. Ésta se concibe como un cubo, o a veces un disco rodeado por el Océano [3].

El hombre

Purusha (पुरुष) es el Varón primordial, conteniendo en sí mismo todo el universo, que representa en su totalidad. Es del sacrificio de Purusha que nacen todas las cosas: dioses, los hombres, el cielo y la tierra. El mito de Purusha desempeña un papel fundamental en el Veda: es él que revela que la realidad original es uno, y que la realidad empírica en su multiplicidad no es más que el producto de la desmembración del principio original. El objetivo último del proceso evolutivo del mundo es pues la reunificación de sus distintas partes y la vuelta del múltiplo al Una [3].

Rita (en sánscrito, “disposición”) es la ley impersonal del mundo, el Orden cósmico, la norma de todo lo que se hace exactamente de y de bien a nivel ritual. Esta ley inmutable del mundo y los hombres, quienes incluso dioses deben respetar, determina la órbita del Sol, la Luna y las estrellas así como la alternancia de las temporadas, el curso de los ríos [3].

La oposición entre los conquistadores arios a la piel blanca y el autóctonos a piel oscura se traduce en la organización en castas de la sociedad védique, que en cuenta esencialmente cuatro. Así la distribución ya existente en la sociedad aria de los hombres en sacerdotes (brâhmana), belicosos (kshatriya) y marchands-agriculteurs-pasteurs (vaishyas), viene a añadirse al grupo del Dravidiens. Son ellos quienes componen mayoritariamente la cuarta casta, los shûdra; sujetos a los otros, deben desempeñar las tareas más humildes. Esta organización de la sociedad encuentra su fundamento mitológico en un canto del Rig-Veda que describe la desmembración del Hombre cósmico [3].

Liberación

El moksha significa liberación [25].

Historia

Evolución oriental

Entre 1800 y 1600 a.C., algunas poblaciones nómadas iraníes indo, que se dedicaban a la cría de manadas, llegaron en el subcontinente indio por los cuellos montañosos septentrionales-occidental, detrás de los pasos de los flujos migratorios del pueblo indoeuropeo que, a lo largo del IIe milenario a.C., dejó la Rusia meridional y el Asia Central en dirección del Este. Las tribus immigradas (antiguos Iraníes e Indios védicos), de tradición nómada y belicosa, dominaron rápidamente a las poblaciones dravidiennes autóctonos, urbanos y sedentarios, que se expulsó hacia el sur del país [3].

Los Arios ocuparon en primer lugar el Penjab (“tierra de los cinco ríos”), luego ellos tomaron posesión de la casi totalidad de la mitad septentrional de la India, que llamaron a Bharatavarsa. Los propios invasores, blancos de piel, se designaban como ârya (nobles, “señores de la tierra”), en comparación con las poblaciones autóctonas compuestas de individuos de piel mate u oscura, que sometieron y llamaron dasyu o dasa (palabras que más tarde tomaron el sentido de “esclavo”). Más tarde, se definen las castas o varna (en sánscrito, “color”, debido precisamente, según algunos especialistas, de la diferencia de piel entre invasores e indígenas) [3].

Descubrimiento occidental

Varios científicos, distintas nacionalidades, participaron en el descubrimiento del vedismo por el Occidente [26].

Hasta el 1838

Los datos previos a 1838 son generalmente “esporádicos y vagos” [27].

Diogo DO Couto (nacido en Lisboa en 1542, muerto a Goa en 1616), y el jesuita João de Lucena (1548-1600) el profesor a Evora, son dos Portugueses que, los primeros, traen en Occidente alguna información sobre los hábitos hindúes de su tiempo. Los Holandeses A. Rogerius (en 1651) y P. Baldaeus (en 1672) recogen también algunas notas de viajes relativas al hinduismo practicado en su siglo a India.

El médico François Bernier (1620-1688), gran viajero y filósofo epicúreo francés, escribió en su libro “Historia de las obras de los Científicos de Basnage” una “Memoria sobre el Quiétisme de India” que da algunas indicaciones relativas al Véda.

Entre las obras del magistrado Enrique Thomas Colebrooke (1765-1837), botánico inglés e indianiste muy conocido, se trasladan el “Essay on the Vedas” (1805), “Miscellaneous Essays” (1837), y “On the Religion and Philosophy of the Hindus” (1858).

El inglés John Zephaniah Holwell (en) (1711-1798), cirujano contratado por la Compañía oriental de India luego Gobernador temporal de Bengala en 1760, publica en Londres, de 1765 a 1771, tres volúmenes de “Interesting Historical Respiraderos Relativa to the Provincias of Bengal and the Imperio of Indostan, with tiene seasonable hint and perswasive to the honourable the corto of directors of the East India Company. As also the mythology and cosmogony, fasts and festivals of the Gentoo' s, followers of the Shastah. And tiene disertación él the metempsychosis, commonly, though erroneously, called the Pitágorasan doctrina”, que proporciona testimonios interesantes relativos al hinduismo.

Después de 1838

A partir de 1838, un inglés luego un francés procuran por fin traducir el Rig-Véda, texto fundamental para el estudio del vedismo.

  • El inglés Horace Hayman Wilson (1785-1860), publica entre 1838 y 1851 la primera traducción del Rig-Veda, en inglés.

·         El francés Alexandre Langlois (1788-1854), Miembro del Instituto, publica una traducción francesa del Rig-Véda, republicada en 1872 después de su muerte.

·         El francés Eugène Burnouf (1801-1851), miembro de la Academia las inscripciones y bellas letras en 1832, signo a la Escuela normal superior luego al Collège de France, de 1832 a 1851, como titular del cátedra de lengua y literatura sánscritas. Es, en París, el iniciador del estudio científico de los textos védicos en Europa.

·         El alemán Franz Felix Adalbert Kuhn (Koenigsberg 1812 - Berlín 1881) es el primero en detectar los rastros de una mitología germánica indo en el Veda, que se encuentra también en los griegos y los romanos. Define a Dyaus Pan de pita a Zeùs padrenuestro y a Júpiter [28].

·         El británico Robert Caldwell (1814 - 1891) publica a A Comparativo Grammar of the Dravidian ahora bien South-Indian Family of Lenguas en 1856.

·         Rudolf de Roth (Stuttgart 1821 - Tubingue 1895), alemán, profesor y bibliotecario a la Universidad de Tubingue, discípulo de Eugène Burnouf;

·         Friedrich-Max Müller (Dessau 1823 - Oxford 1900), alemán, enseñó en Oxford, discípulo de Eugène Burnouf;

·         Albrecht Weber (Breslau 1825 - 1901), alemán, profesor en Berlín;

·         Richard Pischel (1849 - 1908), alemán, profesor en Berlín;

·         CH. R. Lanman (1850 - 1914), americano, profesor en Harvard;

·         Karl Geldner (1852 - 1929), alemán, Marburg;

·         Boehtlingk (1853-1876, años de colaboración con Roth al diccionario sánscrito);

·         Alfred Hillebrandt (1853 - 1927), alemán, Breslau;

·         Hermann Oldenberg (Hamburgo 1854 - 1920), alemán, profesor extraordinario en Berlín;

·         Maurice Bloomfield (1855 - 1928), americano;

·         Willelm Caland (1859 - 1932), holandés, Utrecht;

·         Sten Konow (1867 - 1948), sueco, Oslo;

·         Rudolf Otto (1869 - 1937), alemán, Marburg;

·         ¿Johannes Hertel, Lipsia;

·         Juan Przyluski (1875 - 1944), polaco;

·         William Jones (1880 - 1953),

·         Monier Monier-Williams (1880 - 1953),

·         Hermann Lommel (1885 -?), alemán, Frankfurt;

·         Pablo Thieme (1905 -?), alemán, Tubingue;

·         Jan Gonda (Gouda, el 14 de abril de 1905 - Utrecht, el 28 de julio de 1991), holandés, profesor a Utrecht, (véase bibliografía en final de artículo);

·         Mircéa Eliade (Bucarest 1907 - Chicago 1986), nacido rumano, naturalizado americano;

Bibliografía

  • Gerhard J. Bellinger, Knaurs Grosser Religiones Führer, 1986, traducción francesa introducida por Pierre Chaunu bajo el título Enciclopedia de las religiones, 804 páginas, Librería General Francesa, París 2000, el Libro De Bolsillo, ISBN 2253131113
  • Kreith Crim, General Editor, The Perennial Dictionary of World Religions, originally published as Abingdon Dictionary of Living Religions, 830 pages, Harpers and Row, Publishers, San Francisco, 1981, ISBN 9780060616137
  • Jan Gonda, Die Religionen Indiens, Band 1: Veda und älterer Hinduismus, 1960, traducción italiana de Carlo Danna bajo el título el religioni dell' India: Veda e antico induismo, 514 pages, Jaca Book, Milano, 1980 ISBN
  • Jan Gonda, Vedismo y hinduismo antiguo. Traducido del alemán en L. Jospin, 432 páginas, Payot, París 1962, ISBN
  • Alexandre Langlois, Rig-Véda o Libro de los himnos, 646 páginas, Maisonneuve y CO, 1872, republicado por la Librería de América y Este Juan Maisonneuve, París 1984, ISBN 2720010294

Notas y referencias

1.        ↑ Las

2.      Gerhard J.Bellinger, Enciclopedia de las religiones

3.        Kreith Crim, The Perennial Dictionary of World Religions (Abingdon Diccionario of Salón Religiones)

4.        Jan Gonda, Veda e antico induismo

5.        Alexandre Langlois, Rig-Véda o Libro de los himnos.

6.        ↑ La tradición del canto védique [archivo] sobre el lugar de la UNESCO

7.        a, b, c, d, e, f, g, h, I, j, k, l, m, n, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, allí, z, aa, ab, ca, ad, s.a., af, Ag, oh y tiene a Gerhard J. Bellinger, Enciclopedia de las Religiones

8.        David el Sr. Knipe, profesor a la Universidad del Wisconsin, en Abingdon Diccionario, artículo Veda, página 785.

9.        Alexandre Langlois, Rig-Véda o Libro de los himnos, París 1872 (véase bibliografía).

10.     Jan Gonda, op. cit., page 48.

11.     Jan Gonda, op. cit., pages 48 & 49.

12.     Alexandre Langlois, op.cit., página 72, himno III, versículos 3 y 4.

13.     Alexandre Langlois, op.cit., página 155, himno VIII, versículo 13.

14.     ↑ el homo vedicus no distingue mundo natural y mundo sobrenatural.

15.     Jan Gonda, op. cit., page 254.

16.     ↑ Hermann Oldenberg, Vedaforschung, 11, Stuttgart-Berlin 1905.

17.     ↑ Abel Bergaigne, Memorias de la Sociedad Lingüística de París, 4,96.

18.     Jan Gonda, op. cit., page 55.

19.     Jan Gonda, op.cit., page 56.

20.     Alexandre Langlois, op.cit., página 42, himno II.

21.     Jan Gonda, Stylistic repetition in the Veda, chapitre I, Amsterdam 1959.

22.     Jan Gonda, Wiener Zeitschrift für die Kunde Sud-Asiens, Vienne.

23.     Alexandre Langlois, OP cit., página 239, himno XII, versículo 14.

24.     a, b, c, d y e Jan Gonda, op.cit., página 61.

25.     André Lalande, Vocabulario técnico y crítico filosofía, página 229.

26.     Jan Gonda, op.cit., page 265.

27.     Jan Gonda, op. cit., page 93.

28.     Jan Gonda, op.cit., page 154

29.     Jan Gonda, op.cit., page 270

30.     Jan Gonda, op. cit., pages 29 à 35.

31.     Jan Gonda, op. cit., page 29: “dati brevi, sporadici e imprecisi”.

32.     Adalbert Kuhn, Kuhns Zeitschrift, Zeitschrift für vergleichende Sprachwisenschaft, 13,49, Göttingen.

 

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