Religiones y
Creencias
Vedismo
El vedismo [1] es una civilización aportada en la India antigua por un pueblo descendido de
las mesetas de Irán,
después de la decadencia de las ciudades de Mohenjo-daro
y Harappa. Este pueblo arya,
organizado en castas complementarias, assied su
potencia sobre la práctica de ritos complejos que integran palabras y gestos
“mágicos”. Hay toda su fuerza en forma de “himnos” transmitidos oralmente de
amo a discípulo. La invención de la escritura permite crear recopilaciones de
textos cuyo principal se nombra a Rig-Veda.
Veda significa simultáneamente conocimiento
intuitivo de las potencias activas numineuses que
regulan la existencia de la sociedad de los aryas,
y práctica de los métodos aptos para influirlos. Dotadas con un nombre que
permite mencionarlas, estas potencias se convierten en devas
luminosos. Por el ejercicio del ritual védique,
los celebrantes brahmanes refuerzan el poder del rey, el raja, y
garantizan así la prosperidad del pueblo arya.
Bajo
los auspicios de los brahmanes la importancia del vedismo pasa poco a poco del
ritualismo a la especulación cosmogónica. El corpus de textos védicos sigue
siendo fundamental, pero se completa progresivamente de comentarios nombrados brahmana que fundan una nueva ideología en la
India antigua, la del brahmanismo, que evoluciona a continuación hacia las
distintas formas históricas de hinduismo, hasta las del hinduismo contemporáneo.
Los Indios de hoy utilizan aún los textos védicos, pero lo integran en una
cultura muy diferente del vedismo de los antiguos aryas.
Para percibir bien lo que era el vedismo realmente original, conviene no
mezclar las interpretaciones hindouistes actuales del
Veda a las de los textos védicos antiguos.
La
mirada occidental sobre el vedismo es muy reciente y fecha del Siglo XIX siglo
solamente. El anacronismo del vedismo antiguo y el alejamiento geográfico de la
India dan al científico europeo un retroceso enorme. Este retroceso podría ser
una prenda de imparcialidad científica que siempre no se ha comprobado durante
el estudio del vedismo, desde hace dos siglos, en Occidente. La UNESCO declaró
la “tradición del canto védique” al patrimonio cultural inmaterial de la
humanidad en 2003 [2].
Veda
Artículo
detallado: Veda.
El वेद Veda es
el fundamento incluso del vedismo. Expone el conocimiento indispensable para
mantener un informe exactamente con las potencias sobrenaturales, para poder
influirlos en el sentido deseado por los hombres. El Veda “fueron oídos”
y transmitidos por científicos místicos, el Rishis;
constituyen el principal testimonio de la primacía hecha al conocimiento dentro
de la religión [3].
Textos
Los
textos del Veda constan de cuatro “colecciones” de himnos (en sánscrito,
los samhitâ) [4].
Los
textos del Veda todo verano no compusieron al mismo tiempo: las partes
más antiguas de la primer recopilación se remontan a 1500 a.C.; la mayoría de
los otros se terminó hacia 600 a.C. la lengua en la cual se compusieron es el sánscrito,
la lengua aria más antigua de la India. Hasta un reciente tiempo, se han
transmitido oralmente de padre en hijo en las familias de brahmanes [3].
Rigveda-samhita
Artículo
detallado: Rig-Véda.
La
recopilación del ऋग्वेद Rig-véda, probablemente más
antiguo, incluye 1028 himnos (en sánscrito, sûkta).
Esta recopilación de estrofas” o de “estrofas”, constituye el primero y el más
significativo monumento lingüístico, religioso y cultural de la India.
Reúne diez libros (mandala, literalmente “círculos”).
Este
libro coteja en forma de himnos todas las fórmulas que recite el celebrante hotṛ, encargado pagar al fuego los oblations y las
libaciones durante el sacrificio védique, el yajna.
Samaveda-samhita
Artículo
detallado: Sama-Véda.
La recopilación
del सामन् Sâma-Veda, o “Veda de las melodías (sâman)”,
es una recopilación de 1810 estrofas 75 de la cual solamente son original, dado
que se pidió prestados los otros al Rig-Veda.
Este
libro coteja en forma de cantos la mayoría de los himnos extraídos del Rig-Véda, y permite
al celebrante udgātṛ, al chantre, acompañar mélodieusement los ritos
del sacrificio védique, el yajna.
Yajurveda-samhita
Artículo
detallado: Yajur-Véda.
La
recopilación del यजुर्वेद Yajur-Veda o “Veda de las fórmulas sacrificatorias” (yagus),
es un manual que contiene las instrucciones necesarias para la celebración de
los sacrificios. Está formado por dos recopilaciones, el Yagur-Veda
negro y el Yagur-Veda blanco.
Este
libro es utilizado por el celebrante adhvaryu
cuyo papel es dirigir objetos consagrados y pronunciar dedicatorias en
prosa durante el sacrificio védique, el yajna.
Atharvaveda-samhita
Artículo
detallado: Atharva-Véda.
La
recopilación del अथर्ववेद' Atharva-Veda, o “Veda de las fórmulas mágicas”,
trata de cuestiones de carácter popular como los hechizos, las fórmulas mágicas
y los exorcismos. Al origen no se le no consideraba como que integraba el Véda, que sólo se refería al ritual del yajña.
Más tarde se le consideró como una cuarta recopilación de textos a valor védique. Consta de veinte libros, el vigésimo libro
agrupando el octavo del Rig-veda [3].
El
contenido de este libro no se utiliza durante el sacrificio, el yajña. El usuario de estos textos es un brahmán en
función de purohita, guardia del anfitrión.
Mundo védique
Leer
los textos védicos pide un buen conocimiento de la lengua sanscrite.
El hombre de hoy, pero con gasto de tiempo y dolor, puede llegar a leer esta
literatura y encontrar interés lingüístico o placer estético. Para entender el sentido
de estas fórmulas, arregladas en lo que nombra “himnos” [5], conviene desnudarse
completamente de la ideología contemporánea que forja una mentalidad
científica, analítica, tecnológica, para intentar percibir el a Weltanschauung de este homo
vedicus que vive al aire libre, rodeado con
constelaciones, con plantas y con animales, jinete y perro pastor belga,
combatiente armado de arco y flechas que habla a su arco y a sus flechas,
miembro de una tribu de aryas muy
integral, en un mundo que, a falta de algo mejor, el científico de hoy nombra “mágico” [6].
Un
sentimiento holística intenso apoya el concepto
intuitivo de un mundo dinámico, en movimiento perpetuo, pero undiviso. Los aspectos de este mundo no se conciben como partes
elementales sintetizadas en un conjunto. Estos aspectos muestran más bien matices
infinitos de un mundo muy plástico que une potencias activas, fenómenos
naturales, Estados mentales, y los integra mucho. Como un poema de Prévert,
este mundo complejo ofrece una colección de aspectos muy variados, un arco, la
lluvia, una idea, un rito, a una vaca, a un niño, que es las manifestaciones de
potencias activas que se trata de domesticar [7]. Prascanwa
alega así el poder de la Aurora: “ô brillante Aurora, el pájaro y el bípedo
humano y el cuadrúpedo, a tu vuelta en el cielo, se levantan de todo lado; ti
rayones, y tu resplandor se comunican al universo” [8].
Las
metamorfosis de este mundo se operan sin rasgarlo, nudos, lazos, y vínculos
constantemente se establecen y se desenredan, y el hombre védique
deseoso de influir sobre su destino coopera por medio del ritual cuyas todas
facetas sólo tienden a un objetivo: realizar la felicidad de suyo. En
conclusión de una invocación a Indra, Agastya canta: “que conocíamos la
prosperidad, la fuerza, y la feliz vejez” [9]. El tema recurrente de todos
los cantos del Rig-Véda
tiene por objeto siempre garantizar vigor, victoria, riqueza y
descendencia, en este mundo ya que no se imagina otros [10].
Como
el curso del sol, la evolución del cosmos es dada ritmo por ciclos sin
principio y sin final. Las potencias activas del mundo védique
aparecen y desaparecen como tantos nacimientos y muertes. Este gran drama
cósmico se articula alrededor de un punto focal, el यज्ञ yajna publica sacro cuya complejidad corresponde a
la del diseño védique del cosmos. Éste se armoniza a
todas las variaciones de este acto fundamental, el यज्ञ yajna, al cual se juega esta gran ópera consagrada que organiza la sociedad y el
mundo védicos [11].
Palabra
Los
primer eruditos alemanes especializados en el estudio de los textos védicos
interpretan éstos como la expresión espontánea de una poesía ingenua [12]. Los primer eruditos francés
califican estos textos de retórica rara [13]. No perciben aún que esta
literatura está constituida, básicamente, por fórmulas destinadas a
incorporarse al ritual
védique, y que sus calidades poéticas o
literarios, secundarios, permanecen supeditadas a este destino litúrgico
principal [14].
La
composición de las estrofas
védicos utiliza fórmulas heredadas de la tradición oral en una
sociedad convencida de la potencia inherente a una palabra solemne,
pronunciada a fuerte voz por un brahmán durante los ritos fundamentales de su
cultura anticuada [15]. Ejemplo: “Alego a Mitra, que
tiene la fuerza de la pureza, y Varouna, que es la
plaga del enemigo, que conceden la lluvia al rezo que los implora” [16]. El estilo y las modalidades
literarios de estas fórmulas ayudan a volverlos enérgicamente eficaces [17]. Ritualmente utilizadas, estas
fórmulas pueden aumentar por su potencia propia las energías de los devas que
mencionan y las de la naturaleza en la cual se insertan los hombres védicos y
suyo devas [18].
Estas
fórmulas utilizan a menudo comparaciones, cuyos términos se dan por
potencialmente equivalentes. La evocación de un término tiene la misma potencia
ritual que la del segundo. Ejemplo: “Como un elefante salvaje reduces en
polvo la más fuerte potencia”, el chantre Vamadéva
compara aquí a Indra a un elefante salvaje, la
evocación del poder del elefante salvaje vale la del poder de Indra, y vale la del poder que reducirá realmente al
enemigo en polvo [19].
Potencias
El homo vedicus vive
en plena naturaleza, en este tiempo primitivo en que el hombre no pretende aún
dominarlo, pero intenta adaptarse a las circunstancias naturales de su vida
nómada. Percibe el dinamismo de los acontecimientos que lo rodean como
fenómenos, apariciones, manifestaciones de potencias activas. Tiene el
sentimiento de la presencia, detrás de estos numina,
de fuerzas ocultas, potencias ocultadas, poderes invisibles que pasan a ser
para él evidentes. A esta evidencia corresponde el término sánscrito de Veda
[20].
Estos
numina, potencias activas, pueden mostrarse
para él beneficiosos o maléficos. Es vital para de intentarle que los
influyera, que los domesticara, que les condujera a servir la prosperidad de
sus prójimos. Para persuadirlos, utiliza el poder de la palabra, a cada numen
hace corresponder un nomen construido
sobre una forma verbal que menciona su función. Este nombre le permite también
alegarlo, permitiendo a su fuerza oculta brillar entre los hombres, que se ha
convertido en así un poder beneficioso y luminoso, lo que el sánscrito vuelve
por la palabra deva [20].
Algunos
devas brillan del fuego de un poder simple, así se
alega el Netar es una potencia cuya
acción guia y conducido, él al RV
5,50 para que conduzca el que lo ruega a la riqueza [20]. A la mayoría de los devas corresponde con todo un haz de poderes combinados que
componen hasta cierto punto una figura dinámica compleja que permite su
invocación por la declaración de un único nombre. Indra menciona
así el poder belicoso, constituido por todas las potencias necesario para a
ejercerlo [20].
La
traducción de deva por “dios” puede
prestar a confusión. Para la cultura védique el deva no es ni una persona, ni sobrenatural. Como la cara
oculta, sus fuerzas ocultas son de este mundo ya que el vedismo no conoce no
otros e ignora todo dualismo. Sin ser una persona se tutea sin embargo, sobre
un método poético, con el fin de mantener con él una muy fuerte facilidad de
uso. Para el homo vedicus no es un objeto, una
cosa, un concepto, un concepto, ya que su mentalidad no es ni racional ni
científico [20].
El
panteón védique quiere representar el dinamismo de
los fenómenos naturales, incluir las actividades de las fuerzas ocultadas así
como sus interacciones, con el fin de influirlos, en la medida de lo posible,
por la fuerza del sacrificio y encontrar así el medio de coexistir con ellas [3].
Deva
Artículo
detallado: deva (dios).
Filosofía
occidental considera a Dios como “principio ontológico único y supremo…
sustancia inmanente de los seres… causa trascendente que crea el mundo fuera
él… final del universo” [21]. El diseño védique
del mundo es un monisme dinámico cíclico, sin
principio y sin final, sin distinción entre immanence
y transcendencia, cuyo fundamento no es un Ser
superior pero una variedad de potencias activas numineuses
que se manifiestan en los fenómenos, los de la naturaleza y los del mental el
humano [22].
Los devas védicos
son “potencias activas numineuses ocultadas que se
manifiestan” que el ritual védique intenta
domesticar. En el Rigveda-samhita, se cuentan treinta y tres divinidad, once para
cada uno de los tres ámbitos del universo, dioses del cielo, la tierra y el
agua. Estos devas se dividen a su vez
en dos categorías diferentes: el Deva, guiados por Indra,
y Los Garantizó, cuyo soberano es Varuna [3].
El
Deva (en sánscrito,
“dios”, “ser luminoso”) son divinidad en parte de la naturaleza: Dyaush Pitar, Cielo-Padre, tiene para esposa Prthivî Matar, la Tierra-Madre. Conjunto
constituyen un par de dioses portadores del orden cósmico, que generó numerosos
otros divinidad como Ushas, Indra,
Agni y Sûrya (el Sol). Se
veneran Estos divinidad se definen al toro y a la vaca y como dioses de la
Fertilidad [3].
Indra y Ashvins
Artículos
detallados: Indra et Ashvins.
इन्द्र Indra es el deva más mencionado en el Rig-Véda, se le
consagran dos ciento cincuenta himnos [23].
Entre
los devas, se encuentra un gran número de
divinidad antropomorfos, incluidos el más importantes son Indra,
dios tutelar del Arios, en cuestión al principio como el primero de dioses. Maître de la naturaleza, garantiza la salida del sol, la
creación del Cielo y la Paleta. Personifica la fuerza belicosa que supe y que
salva. Se le asocian la tormenta, el trueno y el viento (de
allí, la respiración). Se lo llamaba también Vrtrahan
(en sánscrito,
“el asesino de Vrtra”, el demonio de la sequía); es
matando Vrtra que Indra
libera las aguas originales que el demonio habían encarcelado. Este mito
menciona el desencadenamiento de las lluvias de la monzón después del período
de sequía, dos acontecimientos que representan amenazas para los Indios. Indra tiene en sus manos una lanza (vajra,
literalmente “rayo”). Los amigos y aliados de Indra
son el Marout (“mortales jóvenes
hombres”), que representan el trueno, lo vocifera, el relámpago y la luz.
Armados de hachas, rayos y lanzas, coinciden cantando las nubes sobre su tanque
de guerra. Su llegada, acompañada del trueno y la lluvia, señala la llegada de
la monzón.
El Marout, hijo de Roudra y
la vaca Pritchni, se venera como guardias del
belicosos [3].
Los
dos Ashvins (en sánscrito, “dueños de
caballos”), divinidad desenvueltos y valiosos, son gemelos próximos a Indra. Sobre todo se combinan al sol que aumenta, recorren
cada día el cielo sobre su tanque de tres ruedas. Son los guardias de los
agricultores y ganaderos se asocian también a la miel [3].
Sumó
Artículo
detallado: Sumó
(mitología).
El सोम Sumó menciona
una potencia activa importante durante el sacrificio. El Rey de las plantas,
de las aguas,
rey del mundo, Sumó designa la gasolina de la vida y todo lo que lo
anima - el Brâhmana lo definen a la
luna [3].
Se
consagra un ciclo (mandala) entero, el noveno,
a honrar el poder de Sumó.
Agni
अग्नि Agni es
el deva más importante, después de Indra y Sumó, del Rigveda-samhita.
Agni,
dios del Fuego y
el propio fuego. Su resplandor y su fuerza afectan los tres mundos: fuego del sol,
nace todas las mañanas en el cielo; fuego de las nubes, es el rayo que quema el
aire durante la tormenta; por fin, “nace” todos los días sobre la tierra cuando
los hombres encienden el fuego. Agni desempeña un
papel de intermediario entre los hombres y dioses: por una parte, el humo del
fuego sacrificatorio hace subir al cielo las
ofrendas; del otro, el rayo revela a los habitantes de la tierra la presencia
de dioses. Reapareciendo cada vez de la fricción de dos pedazos de madera, es
eternamente joven, por lo tanto portador de vida y progenitura. Es él que
deposita la semilla en la mujer. Es el sacerdote a la vez de dioses y dios de
los sacerdotes. El Rig-Veda le consagra
alrededor de dos ciento himnos [3].
Varuna y Aditya
Un आदित्य Aditya es
un hijo de la diosa अदिति Aditi que
simboliza el no limitado del universo de la libertad. Es la Abuela también
identificada a todo lo que nació, es la universal naturaleza [3].
Junto
a los devas, se encuentra a otro grupo de
potencias activas numineuses, Los Garantizaste, que
terminan por ser asimiladas a los demonios, enemigos de dioses.
वरुण Varuna y मित्र Mitra guian el Âditya,
al cual se asignan las mismas características que el de Varuna:
luminosidad, control, pureza, respeto del orden. Varuna
es uno del más antiguos divinidad védicos, garante del buen orden de las
cosas y amo del caos. Con Mitra, Varuna
hace respetar el orden del mundo; ambos son aseguraron. No escapa
Nada a su mirada, se lo considera como un juez severo que castiga las faltas de
los hombres afectándolos de enfermedades, por ejemplo; representa el poder
secular (kcatram) [3].
Rudra
रुद्र Rudra (en
sánscrito, “el que grita” o “el rojo”), dios de la Tormenta y la Devastación,
se describe como teniendo el vientre negro, la espalda roja y el cuello azul.
Si sus flechas siiembran el terror, Rudra tiene un aspecto beneficioso, es el
médico. Así como Indra, se lo venera para su
poder de hacer caer la lluvia, pero se teme ya que puede causar inundaciones.
Se le considera también como el amo de los animales y bosques, de los cazadores
y de la población no aria. Al término de un proceso que duró varios siglos, la
mayoría de las características de Rudra se asignó a Shiva [3].
Vishnou
विष्णु Vishnou, que se volverá uno de la divinidad centrales del hinduismo clásico, está muy
en retirada en el Rig-Veda. Se le
consagran Cinco himnos solamente, dónde se habla el mito del tres no con los
cuales Vishnou mide los tres mundos. Es
a este mismo mito que hecho referencia el ritual brahmánica al cual los
sacerdotes realizan tres no cuya función es sacralizar las tres regiones del
universo [3].
Visve deva
Ushas,
hermana de Sûrya, es la Aurora que, gracias a su
dardo, abre la puerta del Cielo que recorre a las primeras horas de la mañana,
acompañada por los gemelos Aśvin (o Nasatiya).
Una veintena de himnos del Rig-Veda describen
a esta hermana antagónica de la noche, que va sobre el tanque que Indra él rompió [3].
Sûrya, que da al cielo su brillo, tiene a menudo la forma de un pájaro que cruza
el espacio [3].
Vâyu,
el Viento, es dios aéreo que recibe, el primero, la parte de sumó (palabra que designa a
la vez esta planta y el licor que se extrae, ofrenda fundamental de todos los
sacrificios durante el primer período védique), del
cual es el guardia [3].
El Apsaras (“aquéllas que se
mueven en el agua”) se definen a veces a las nubes, a veces a los espíritus que
viven en el agua; son las maestras de los gandharva,
de los espíritus que pueblan el aire. Se protegen se asocian al matrimonio y
también los vírgenes. Los apsara son bailarinas divinas, los gandharva de los músicos [3].
Parjanya es la personificación de la Lluvia y crea el principio de la vida [3].
Aryaman,
por eso hijo de Aditi, protege a la comunidad aria
(lo que llamaríamos el “cuerpo de los ciudadanos”). Se asocia también a las
ceremonias matrimoniales [3].
Prajâpati (en sánscrito,
“señor de las criaturas”) es la personificación del concepto cosmogónico
consustancial al vedismo tardío. Figura Todo Ello en su diversidad y su
reunión, y en su unidad [3].
Entre
el divinidad menores figura Yama, señor y juez
de las Muertes. Fue el primer hombre que debe morirse; su tarea es pues la
conducir a los difuntos al lugar donde descansan sus antepasados [3].
Ritos
Artículo
detallado: Yajña.
La
relación entre los fieles y el divinidad es bivalente: por una parte, los devas, gracias a su potencia, pueden aportar al
hombre riqueza, animales, victorias y darle descendientes; del otro, dioses
tienen necesidad de las ofrendas del fieles y de la energía procedente del
sacrificio y los rezos, fuente de su potencia [3].
Ritos domésticos
La
cabeza de familia el hogar de la casa realiza los ritos domésticos generalmente
sobre. Los sacrificios públicos se desarrollan al aire libre según un ritual
muy detallado, que requiere la presencia de sacerdotes celebrantes, de
cantantes y protagonistas que conviene el divinidad al banquete sacrificatorio [3].
Los
sacrificios son esencialmente de dos órdenes: los encaminados a garantizarse la
ayuda de dioses y los quiénes se realiza en un objetivo expiatorio. El
divinidad, o una parte de entre ellas, a veces se invitan a participar en
banquetes organizados en su honor. Las ofrendas pueden ser animales
sacrificados - bueyes, caballos, oveja y cabras - o simplemente la leche, la
mantequilla, la grasa, la miel, la cebada o el arroz, sin que hay de animales.
La ofrenda por excelencia es lo sumó, bebida embriagadora y fuente de éxtasis,
que simboliza la inmortalidad y vincula inseparablemente al hombre con el
divinidad [3].
Existe
varias figuras y funciones en la clase sacerdotal védique.
El agnîdh es “el que enciende el fuego” del
sacrificio, mientras que llama a los sacerdotes encargados colectivamente de la
función ritual ritvij [3].
Ritos reales
Al
sacrificio periódico de sumó se consagran la mayoría de los himnos del Rig-Veda. El asvamedha
(en sánscrito,
“sacrificio del caballo”) seguía, al origen, las victorias obtenidas por los
señores de la casta del belicosos. Durante este ritual, se mata por
sofocamiento un patrón, y se procede a continuación al matrimonio consagrado (hiérogamie) del caballo sacrificado con el favorito del
señor. El asvamedha es un rito muy imponente, que preve, además del sacrificio del caballo, el de centenares
de otros animales. Exige un año entero de preparación y otra, concluyente, para
el desmantelamiento del aparato ritual [3].
Las
fórmulas sacrificatorias más importantes son
recitadas por el brahmán que ocupa el lugar más alto en la jerarquía de los
celebrantes. Los ritos celebrados por los sacerdotes se desarrollan al aire
libre ya que el culto védique no preve
templo. Se celebra la ceremonia en una zona de verdor elegida por adelantado
para su carácter propiciatorio. Los altares para el fuego están con forma de
pájaro a las alas desplegada y hacen referencia al Sol; otros, de forma
circular o semicircular, simbolizan a la vez el Sol y la Luna. Los altares
permiten establecer un vínculo con el Cielo, los hoyos donde se depositan a los
animales sacrificados son, por su parte, el símbolo de la Tierra [3].
Ritos mágicos
Las
acciones rituales durante el sacrificio védique van
dirigidas a los dévas cuya potencia
puede influirse sobre, hasta conceder ayuda y favores al aspirante. Los ritos
son técnicas útiles mover potencias o los portadores de potencias. El elemento mágico es
pues raramente ausente del ritual védique [24].
Ideología
Cosmogonía
Según
el himno cosmogónico del Rig-Veda (X,
129), el mundo no es ni el “existente originariamente” (sat),
ni el “inexistente” (asat), pero el “El” (Eka), la Entidad Absoluta, invisible y eterna. Uno
se manifiesta gracias a la energía producida por las prácticas ascéticas (mecanografió,
literalmente: “calor” o “calor”), generando deseos que constituyen el panorama
de la conciencia. EN esta fase, el Absoluto Trascendente se separa De Serlo,
que sólo es nada de otro su manifestación [3].
Uno,
el principio absoluto, se define en el Rig-Veda
como un ser andrógino que tiene en sí mismo el principio masculino y el
principio femenino, la cuyo a Hombre unión genera, el Varón por excelencia, el Purusha. Del sacrificio del Hombre cósmico, de su cuerpo
desmembrado, nacen el mundo y las cuatro castas más importantes. Según el
diseño védique del mundo, el universo consta de tres
ámbitos: el Cielo, el Aire y la Tierra. Ésta se concibe como un cubo, o a veces
un disco rodeado por el Océano [3].
El hombre
Purusha (पुरुष)
es el Varón primordial, conteniendo en sí mismo todo el universo, que
representa en su totalidad. Es del sacrificio de Purusha
que nacen todas las cosas: dioses, los hombres, el cielo y la tierra. El mito
de Purusha desempeña un papel fundamental en el Veda:
es él que revela que la realidad original es uno, y que la realidad empírica en
su multiplicidad no es más que el producto de la desmembración del principio
original. El objetivo último del proceso evolutivo del mundo es pues la
reunificación de sus distintas partes y la vuelta del múltiplo al Una [3].
Rita (en sánscrito, “disposición”) es la ley impersonal
del mundo, el Orden cósmico, la norma de todo lo que se hace exactamente de y
de bien a nivel ritual. Esta ley inmutable del mundo y los hombres, quienes
incluso dioses deben respetar, determina la órbita del Sol, la Luna y las
estrellas así como la alternancia de las temporadas, el curso de los ríos [3].
La
oposición entre los conquistadores arios a la piel blanca y el autóctonos a
piel oscura se traduce en la organización en castas de la sociedad védique, que en cuenta esencialmente cuatro. Así la
distribución ya existente en la sociedad aria de los hombres en sacerdotes (brâhmana), belicosos (kshatriya)
y marchands-agriculteurs-pasteurs (vaishyas), viene
a añadirse al grupo del Dravidiens. Son ellos quienes
componen mayoritariamente la cuarta casta, los shûdra;
sujetos a los otros, deben desempeñar las tareas más humildes. Esta
organización de la sociedad encuentra su fundamento mitológico en un canto del Rig-Veda que describe la desmembración del
Hombre cósmico [3].
Liberación
El moksha significa liberación [25].
Historia
Evolución oriental
Entre
1800 y 1600 a.C., algunas poblaciones nómadas iraníes indo, que se dedicaban a
la cría de manadas, llegaron en el subcontinente
indio por los cuellos montañosos septentrionales-occidental, detrás de los
pasos de los flujos migratorios del pueblo indoeuropeo que, a lo largo del IIe milenario a.C., dejó la Rusia meridional y el Asia
Central en dirección del Este. Las tribus immigradas
(antiguos Iraníes e Indios védicos), de tradición nómada y belicosa, dominaron
rápidamente a las poblaciones dravidiennes
autóctonos, urbanos y sedentarios, que se expulsó hacia el sur del país [3].
Los
Arios ocuparon en primer lugar el Penjab (“tierra
de los cinco ríos”), luego ellos tomaron posesión de la casi totalidad de la
mitad septentrional de la India, que llamaron a Bharatavarsa.
Los propios invasores, blancos de piel, se designaban como ârya
(nobles, “señores de la tierra”), en comparación con las poblaciones
autóctonas compuestas de individuos de piel mate u oscura, que sometieron y
llamaron dasyu o dasa
(palabras que más tarde tomaron el sentido de “esclavo”). Más tarde, se
definen las castas o varna (en sánscrito,
“color”, debido precisamente, según algunos especialistas, de la diferencia de
piel entre invasores e indígenas) [3].
Descubrimiento occidental
Varios
científicos, distintas nacionalidades, participaron en el descubrimiento del
vedismo por el Occidente [26].
Hasta el 1838
Los
datos previos a 1838 son generalmente “esporádicos y vagos” [27].
Diogo DO Couto (nacido en Lisboa en 1542, muerto a Goa en 1616), y el jesuita João de Lucena (1548-1600)
el profesor a Evora, son dos Portugueses que, los
primeros, traen en Occidente alguna información sobre los hábitos hindúes de su
tiempo. Los Holandeses A. Rogerius (en 1651) y P. Baldaeus (en 1672) recogen también algunas notas de viajes
relativas al hinduismo practicado en su siglo a India.
El
médico François Bernier (1620-1688),
gran viajero y filósofo epicúreo francés, escribió en su libro “Historia de las
obras de los Científicos de Basnage” una “Memoria
sobre el Quiétisme de India” que da algunas indicaciones
relativas al Véda.
Entre
las obras del magistrado Enrique Thomas Colebrooke (1765-1837),
botánico inglés e indianiste muy conocido, se
trasladan el “Essay on
the Vedas” (1805), “Miscellaneous
Essays” (1837), y “On
the Religion and Philosophy of the Hindus”
(1858).
El
inglés John Zephaniah Holwell (en) (1711-1798), cirujano contratado por la
Compañía oriental de India luego Gobernador temporal de Bengala en 1760,
publica en Londres, de 1765 a 1771, tres volúmenes de “Interesting
Historical Respiraderos Relativa to
the Provincias of Bengal and the
Imperio of Indostan, with tiene seasonable hint and perswasive
to the honourable
the corto of directors of the
East India Company. As also the mythology and cosmogony, fasts and festivals of the Gentoo' s,
followers of the Shastah.
And
tiene disertación él the metempsychosis,
commonly, though erroneously, called the Pitágorasan doctrina”, que proporciona testimonios interesantes relativos al hinduismo.
Después de 1838
A
partir de 1838, un inglés luego un francés procuran por fin traducir el Rig-Véda, texto fundamental para
el estudio del vedismo.
·
El francés Alexandre Langlois
(1788-1854), Miembro del Instituto, publica una traducción
francesa del Rig-Véda,
republicada en 1872 después de su muerte.
·
El francés Eugène Burnouf
(1801-1851), miembro de la Academia las inscripciones y bellas
letras en 1832, signo a la Escuela normal superior luego
al Collège de France,
de 1832 a 1851, como titular del cátedra de lengua y literatura sánscritas.
Es, en París, el iniciador del estudio científico de los textos védicos
en Europa.
·
El alemán Franz Felix
Adalbert Kuhn (Koenigsberg 1812 - Berlín 1881) es el primero en detectar
los rastros de una mitología
germánica indo en el Veda, que se encuentra también en los
griegos y los romanos. Define a Dyaus Pan
de pita a Zeùs padrenuestro y a Júpiter [28].
·
El británico Robert Caldwell
(1814 - 1891) publica a A
Comparativo Grammar of the Dravidian ahora bien South-Indian Family
of Lenguas en 1856.
·
Rudolf de Roth (Stuttgart
1821 - Tubingue 1895), alemán, profesor y
bibliotecario a la Universidad de Tubingue, discípulo
de Eugène Burnouf;
·
Friedrich-Max Müller (Dessau 1823 - Oxford 1900), alemán, enseñó en Oxford,
discípulo de Eugène Burnouf;
·
Albrecht Weber (Breslau 1825 - 1901), alemán, profesor en
Berlín;
·
Richard Pischel
(1849 - 1908), alemán, profesor en Berlín;
·
CH. R. Lanman (1850 - 1914), americano, profesor en
Harvard;
·
Karl Geldner (1852 - 1929), alemán, Marburg;
·
Boehtlingk (1853-1876, años de colaboración con Roth al
diccionario sánscrito);
·
Alfred Hillebrandt (1853 - 1927), alemán, Breslau;
·
Hermann Oldenberg (Hamburgo 1854 - 1920), alemán, profesor
extraordinario en Berlín;
·
Maurice Bloomfield (1855 - 1928), americano;
·
Willelm Caland (1859 - 1932), holandés, Utrecht;
·
Sten Konow (1867 - 1948), sueco, Oslo;
·
Rudolf Otto (1869 - 1937), alemán, Marburg;
·
¿Johannes
Hertel, Lipsia;
·
Juan Przyluski
(1875 - 1944), polaco;
·
William Jones (1880 - 1953),
·
Monier Monier-Williams (1880 - 1953),
·
Hermann Lommel (1885 -?), alemán, Frankfurt;
·
Pablo Thieme
(1905 -?), alemán, Tubingue;
·
Jan Gonda (Gouda, el 14 de
abril de 1905 - Utrecht, el 28 de julio de 1991), holandés, profesor a Utrecht,
(véase bibliografía en final de artículo);
·
Mircéa Eliade (Bucarest 1907 - Chicago 1986), nacido
rumano, naturalizado americano;
Bibliografía
Notas
y referencias
1.
↑
Las
2. Gerhard J.Bellinger, Enciclopedia
de las religiones
3.
Kreith Crim, The Perennial Dictionary of World Religions
(Abingdon Diccionario of Salón
Religiones)
4.
Jan
Gonda, Veda e antico induismo
5.
Alexandre Langlois, Rig-Véda o Libro de los himnos.
6.
↑ La tradición del canto védique
[archivo] sobre el lugar de la UNESCO
7.
a, b, c, defghIjklmnopqrstuvwxallízaaabcaads.a.afAgoh tiene a Gerhard J. Bellinger, Enciclopedia
de las Religiones
8.
↑ David el Sr. Knipe,
profesor a la Universidad del Wisconsin, en Abingdon Diccionario, artículo Veda,
página 785.
9.
↑ Alexandre Langlois, Rig-Véda o Libro de los
himnos, París 1872 (véase bibliografía).
10. ↑ Jan Gonda, op.
cit., page 48.
11. ↑ Jan Gonda, op. cit., pages 48 & 49.
12. ↑ Alexandre Langlois, op.cit., página 72, himno III, versículos 3 y
4.
13. ↑ Alexandre Langlois, op.cit., página 155, himno VIII, versículo
13.
14. ↑ el homo vedicus no distingue mundo natural y mundo
sobrenatural.
15. ↑ Jan Gonda, op.
cit., page 254.
16. ↑ Hermann Oldenberg, Vedaforschung, 11, Stuttgart-Berlin
1905.
17. ↑ Abel Bergaigne, Memorias de la Sociedad Lingüística de
París, 4,96.
18. ↑ Jan Gonda, op.
cit., page 55.
19. ↑ Jan Gonda, op.cit., page 56.
20. ↑ Alexandre Langlois, op.cit., página 42, himno II.
21. ↑ Jan Gonda, Stylistic
repetition in the Veda, chapitre I,
22. ↑ Jan Gonda, Wiener Zeitschrift für die Kunde Sud-Asiens, Vienne.
23. ↑ Alexandre Langlois, OP cit., página
239, himno XII, versículo 14.
24. a, b, c, d e Jan Gonda, op.cit., página 61.
25. ↑ André Lalande, Vocabulario
técnico y crítico filosofía, página 229.
26. ↑ Jan Gonda, op.cit., page 265.
27. ↑ Jan Gonda, op.
cit., page 93.
28. ↑ Jan Gonda, op.cit., page 154
29. ↑ Jan Gonda, op.cit., page 270
30.
↑ Jan
Gonda, op. cit.,
pages 29 à 35.
31. ↑ Jan Gonda, op. cit., page 29: “dati brevi, sporadici e
imprecisi”.
32. ↑ Adalbert Kuhn, Kuhns Zeitschrift, Zeitschrift für vergleichende
Sprachwisenschaft, 13,49, Göttingen.
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