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Sufismo
El
sufismo (en árabe:
تصوف
[taṣawūf])
es una búsqueda ontológica
y religiosa en el Islam espiritual, místico, y ascético del islam. Es una vía interior (Batin)
aparecida con la revelación profética del Islam, tomando sus raíces iniciales
en la ortodoxia sunnite esencialmente, pero que
evolucionó épistémologiquement - para algunos de sus
corrientes - a continuación para problematizar las
disidencias chiítas (ismailismo, Drusos). El tassawouf es por lo tanto un impulso del alma lejos del teísmo ortodoxo
del Islam. Su discurso es contemplativo y su estética verbal es poética. Hoy
día, los ortodoxos musulmanes, ante la pertinencia théosophique del pensamiento
sufí, intentan comprometerse en los discursos sufí, modificando las gnosis extáticas
(عرفان), y
así dar al sufismo contemporáneo un simple carácter exotérique,
privándole de su primordialité en su gasolina unitiva.
Los
sentidos de la palabra sufí
Las
“hipótesis etimológicas”
relativas a esta palabra están incluidas sobre todo en las semejanzas
fonéticas.
Según
una primera hipótesis, “sufismo” vendría del árabe safa
o safw (صفا [ṣafā] “claridad; limpidez”), que significa “pureza cristalina”.
Según
una segunda hipótesis, la palabra “sufismo” vendría de Ahl
al-soufa (أَهلُ
الصُّفَّةِ [ahl
aṣ-ṣuffa], “la gente del banco”; (la palabra dio “sofá” en
francés), en referencia a los que vivían en la Mezquita del Profeta a Yathrib (Médine), y que se
mencionaron en el Corán
como “la compañía de los que alegan su Señor mañana y noche que
desea Su cara [1]” y que se habría designado por
la palabra Suffiyya. Esta segunda hipótesis a
veces se compara a ahl al-Saff,
(أَهلُ
الصُّفَّ [ahl
aṣ-ṣaff], “la Gente de la Fila”), en el sentido de
“primer fila” bendecida y élite de la comunidad.
Según
un tercero, la palabra “sufismo” se tomaría de al- souf
(صوف [ṣūf], de “lana” que da صوفيّ [ṣūfīy], “lanoso”), debido a que
la gente ascetas de Koufa se reviste; es lo que
retiene el historiador Ibn Khaldoun.
El sufí llevaba en efecto una prenda de vestir de lana, como los pobres en
señal de modestia. La modestia y la pobreza se mencionan en otros nombres
otorgados a algunos de ellos: derviche (persa: درويش [derwiš],
“mendigo”) o [faqīr] (en árabe: فقير, “pobre”).
Algunos
señalaron que a parte esta derivación, todos los otros son incorrectos desde la
opinión de la gramática árabe (por ejemplo, la atribución a safâ
se dice safawiy y no sufí) [2]. En cuanto al cuarto, derivaría
de souffat al-kaffa, o
“esponja suave”, en referencia en el centro del sufí puro y receptivo [3]. Una quinta posibilidad es que
sufismo procede de la palabra griega Sofía que significa “sabiduría” [4].
Según
René Guénon (Abdel Wahid Yahya), y según un enfoque
esotérico de las cartas árabes, el sentido ocultado de la palabra no puede ser
dado sino por “la adición de los valores numéricos de las cartas de las que se
forma. la palabra sufí tiene el mismo número que El-Hekmah
el-ilahiyah, es decir, la “Sabiduría divina”; el sufí
verdadero es pues el que posee esta sabiduría, o, en otras palabras, es el-ârif bi' llah,
es decir, “el que conoce por Dios”, ya que Dios quizá conocido que por Sí
Mismo” [5].
En
todo rigor, el término sufí designa a un individuo llegado a la
realización espiritual total, y no un candidato a tal realización interior, que
debería llamarse moutaçawwif (مُتَصَوِّف
[mutaṣawwif]).
Pero, en la práctica, los propios maestros emplean el término “sufí” de una
manera mucho más global y más indistinta, de acuerdo con un principio general
que expresa bien el siguiente hadith: “El que se asemeja a gente es
suyo. ”
La
espiritualidad del sufismo
Los
musulmanes sufí son personas que buscan la interiorización, el amor de Dios, la
contemplación, la sabiduría. Se trata de una organización iniciática
y esotérica.
A
Menudo puesta en oposición con el islam tradicional
por los Occidentales [6] y los musulmanes, y
aunque realmente las antiguas “vías” sufí hicieron la intensa promoción de una
enseñanza muy ortodoxa, el sufismo cultiva de buen grado el misterio, la idea
siendo que Mahoma habría
recibido al mismo tiempo que el Corán revelaciones esotéricas que sólo habría
compartido con algunos de sus camaradas [6].
Como
notables,
los sufí combaten en nombre del islam el defecto de
todo tipo, mostrando precisamente por allí su aspiración a la aplicación plena
y completa de las leyes islámicas: bebidas alcohólicas - vino sobre todo -, hachís, prostitución [6]… Sus luchas a menudo se han
vuelto contra los que amenazan con biselar la espiritualidad de que cree,
incluidos emires licenciosos
[6].
Al
principio del islam, Abû Dharr, por ejemplo, un camarada de Mahoma, se distingue por su
condena del potentes, que le ha valido el encarcelamiento por el potentes de su
tiempo [6].
El
sufismo tiene por objetivo la búsqueda de la autorización de Dios, la promoción
del tawhîd - “ciencia de la unicidad de
Dios”. Combina el charia, la ley
islámica, y al- haqîqa, la verdad [6]. La adhesión hay un necesario
preliminar a la comprensión del mundo [6]. Los ritos son inútiles si no
se realizan con sinceridad [6]. Para algunos vulgaristes, el sufismo predica la existencia de un
conocimiento ocultado (ilm al bâtin) y un ideal no compromiso a las cosas de este
mundo y combate interior contra el defecto. Este último punto se comprueba,
pero el principio de ilm AL bâtîn hace referencia a la aceptación por el corazón
del versículo que podría ser traducido en “nada se asemeja a Dios”, y para el
cual AL Halladj fue rechazado y sido condenado por
los musulmanes mientras que pretendían “confundirle” con Dios.
En
el sufismo, Serlo supremo es Dios, quien se accede - es decir, acceder a Su
autorización - por el amor Él [6]. Los “tópicos” occidentales,
junto a estas verdades teológicas, son numerosos: el simbolismo del árbol del conocimiento representa
los progresos de la meditación
y la sabiduría;
la barrera que separa al hombre de Dios es simbolizada por la montaña cósmica (Qâf), una supuesta presencia invisible de Dios en el
corazón de que cree, proseguida a través de la experiencia ascética y la unión
extática (en el amor físico, en particular,) que permitiría alcanzar al amor y
al conocimiento del Creador.
Las
prácticas
Según
Jamal B., la práctica del islam
es uno de los principales requisitos previos del tassawwuf.
Pero
si, para algunos, el sufismo consiste “en hacer más” que los otros musulmanes,
en cuanto a rezos y ayuno, para otros “se sitúa solamente en la orientación
interior y no tiene por objeto ni añadir ritos ni por restar” (Ahmad Al Alawi).
Se
caracteriza a veces por prácticas ascéticas destinadas a purificar el ego (como
la meditación, Mouraqaba), pero el elemento común al
todo sufí sin excepción, esto es el dhikr, que se podría
traducir en “recordatorio” o “invocación”, que consiste en recordarse a Dios,
en particular, repitiendo nombres divinos o fórmulas tradicionales extraídas
del Corán, como el shahâda, el testimonio de
fe. Existe varias modalidades de dhikr.
El tassawwuf tiene
por objeto conducir al grado de la excelencia de la fe y el comportamiento (al-
ihsân), que, por la purificación del corazón,
conduciría a la sinceridad espiritual (ikhlâs),
el por el cual “se conoce”, por el cual “se ve”. El que llega a este objetivo -
el sufí -, después de haber llevado el gran combate, desnudado de su
individualidad (ego) - o más bien domesticándola - y entregado de todas las
visiones parciales e ilusorias que se ligan allí, accede al grado buscado de
conocimiento de Dios, y no actúa que por adoración Él así como lo haya dicho:
“Mi Criado sólo se acerca Mi por nada Yo gusta más que los actos que él
prescribí; luego no deja de acercarse Mi por las obras supererogatorias hasta
que me lo guste. Y cuando me lo gusta, soy la audiencia por la cual entiende,
la vista por la cual ve, la mano por la cual agarra…” (Hadith
qudsî rapporté par Al-Boukharî). Esto es explicado por los sufí por el hecho de
verse asignar algunos “prodigios”, sin otra explicación (véase u oír muy lejos,
demostrar a veces una fuerza física extraordinaria, etc), y no podría ser
interpretado en un sentido físico con respecto a Dios.
El
ejercicio espiritual que los sufí favorecen es el dhikr (rememoración,
acordar); se trata de una práctica que consiste en mencionar a Allah (Dios) repitiendo Su nombre de manera dada ritmo. El
dhikr se considera como una práctica purificadora
del alma, ya que se juzga que el nombre de Allah
posee una clase de valor théurgique que actúa
sobre el alma.
Otra
práctica regular es la recitación de poemas de carácter espiritual, en
particular, la alabanza del profeta del islam Mahoma.
La
cuestión del reconocimiento del islam ortodoxo
Para
sufí ellos mismos, escuelas jurídicas reconocen su vía las cuatro (madhhab)
sunnites [7], y a los propios a cuatro
fundadores para ser ellos mismos sufí, al sentido verdadero de la palabra, es
decir, de los santos y por los chiítas como una expresión de la fe islámica. Ibn Khaldûn y Ghazâlî
(Ihya', I, Livre 1, bâb 2, bayân 2) recuerdan por ejemplo que “Shâfi
` î se sentaba delante [el sufí] de Shaybân al-Râ ` î, como un niño se pone en cuclillas a la escuela
coránica, y le preguntaba cómo debía hacer en tal y cual asunto. ”
Criticada
la gente del tassawwuf, a menudo, ha escrito a
lo largo de la historia obras destinadas a demostrar la ortodoxia de sus
prácticas, citando en ejemplo las últimas generaciones, entre las cuales un
mismo personaje habría sido a la vez un científico reconocido y un adepto del sufismo,
y buscando las fuentes tradicionales (versículos o hadiths)
que justifican sus prácticas, como este versículo coránico:
“Permanece
en compañía de los que, mañana y noche, alegan a su Señor sólo deseando Su
autorización. ”
-
El Corán,
“la Caverna”, XVIII, 28; (AR) الكهف.
Los
orientalistas del final del Siglo XIX y
del principio del Siglo XX siglo
a menudo quisieron ver en el sufismo una corriente que certificaba de una
influencia exterior al islam, en particular, del
cristianismo, y dentro de éste, de la corriente monástica cristiana, dando bien
involuntariamente a las corrientes hostiles al sufismo argumentos a cargo. Los
trabajos de numerosos islamologues del Siglo XX siglo tienen en el conjunto
más bien contribuido a refutar esta tesis. Por Lo Que Se Refiere a la vida
monástica, si el hadith, cuyo objeto es en ese caso
la instauración de un modelo comportamental, es
especialmente normativo a este respecto (“no monachisme
en islam”), el Corán, en una fórmula
incluidos algunos comentaristas como Ibn Arabi destacó la gran complejidad, descartándolo al mismo
tiempo como práctica, en destacan la intención positiva inicial:
“Le
dimos (a Jesús) el Evangelio. Establecimos en los corazones de los que
lo siguieron la mansedumbre, el compasión y la vida monástica que instauraron -
ellos no habíamos prescrito - solamente empujados por el deseo de agradar a
Dios. Pero no la observaron como habrían debido hacerlo. ”
-
(El Corán,
“el Hierro”, LVII, 27; (AR) الحديد.
La
historia
Los
sufí se organizaron en hermandades (turuq,
plural de tarîqa; camino, vía) fundadas por maestros
espirituales (chaykh) que a veces se consideraban
como descendientes de Mahoma por su primo Ali y su hija Fâtima. Cada
sufí está vinculado a una “cadena” (silsilah)
que representa su genealogía espiritual, a la cual se conecta por distintos
intermediarios al Profeta. Con algunas excepciones (como algunas vías naqshbandies), todas las vías espirituales están vinculadas
tradicionalmente al Profeta por medio de Ali ibn Abi Talib.
Si
para los sufí, es el profeta del islam Mahoma que
es el primero de ellos, la Historia sólo encuentra rastro de los primeros
grupos de sufí a Koufa y Bassorah a partir
del Siglo VIII de la era cristiana, luego
en Bagdad en el
siglo IX. El Siglo XII
y Siglo XIII señalan para el sufismo el
paso a una estructuración y una organización mucho más formal: es lo que
solemos llamar las hermandades (turuq, plural
de tarîqa). Esta organización formal y en
consecuencia hasta cierto punto social no quiere obviamente decir que la
naturaleza del sufismo, que es una vía espiritual (sentido original de la
palabra tarîqa), esté transformada
básicamente. Pero esta evolución se traduce en una visibilidad mayor y un
impacto históricamente mensurables del sufismo en las sociedades musulmanes.
Este impacto es especialmente evidente en algunos casos donde el sufismo
representa por sí solo la expresión de la religión musulmán: los ejemplos de islamización del África el Occidental por el Tidjaniyya y el Qâdiriyya, o de
la resistencia llevada contra los Rusos en el siglo XIX
siglo y Siglo XX siglo
por una población musulmán mayoritariamente adjunta al Naqshbandiyya
lo muestran abundantemente. Esta influencia sociopolítica de algunos sectores
del sufismo se ve sobre todo en las regiones tarde convertidas al islam:
en Asia Central,
en India,
donde fue uno de las puntas de lanza de la islamización,
y en el mundo turco.
Está pues claro que el concepto de sufismo cubre realidades muy variables:
algunas son puramente espirituales y metafísicas mientras que otros representan
las consecuencias de la implicación de los maestros sufí y de sus discípulos en
el ámbito social politico. Las hermandades sufí fueron
perseguidas por algunas autoridades del sunismo ya que juzgadas
heterodoxas por algunos doctores de la ley musulmán y autocar combinada al chiismo.
Hoy aún, algunas corrientes salafî o wahhabî, que representan el islam
ortodoxo, pretenden disminuir la influencia de las hermandades sufí en el
mundo, dado que se consideró el sufismo como un instrumento para salir del
marco de una forma de ortodoxia estricta y literal y, sobre todo, como una
deriva supersticiosa y, a veces, pagana. En Persa la dinastía del Séfévides era
resultante de una dinastía sufí.
La
doctrina
Desde
la opinión de las ideas, el sufismo es una corriente esotérica e iniciática, que profesa una doctrina afirmando que toda
realidad implica un aspecto exterior aparente (exotérique
ou zahir) y un
aspecto interior ocultado (esotérico o batin). Se caracteriza
por la búsqueda de un estado espiritual que permite acceder a este conocimiento
ocultado. Esta importancia concedida a los secretos condujo incluso la
invención a lenguas artificiales por las hermandades, cuyo más importante
ejemplo es el Baleybelen.
La
primera fase es pues la del rechazo de la conciencia habitual, la de los cinco
sentidos, por la búsqueda de un estado de “embriaguez” espiritual, a veces
asimilado erróneamente a una clase de éxtasis; los sufí ellos mismos hablan más bien
de “extinción” (al- fana'), es decir, la
aniquilación del ego para llegar a la conciencia de la presencia de la acción
de Dios. Esta primera realizada etapa, el sufí debe corresponder del mundo
exterior que inicialmente había rechazado; el léxico del sufí designa esta fase
por distintos términos que corresponden a tantos aspectos de este segundo
viaje: al- baqâ, la “subsistencia o la
permanencia”, la lucidez (sahw), la vuelta (rujû') hacia las criaturas, parece. Esta
descripción sumaria tiene inevitablemente un carácter muy diagramático: como lo
muestra la literatura sufí, este proceso es bien más cíclico que lineal, y la
interpretación de los términos del léxico sufí es por naturaleza esotérica.
Como el dice el amo sufí argelino Ahmad Al Alawi:
¡“Que de vez se emplearon estas expresiones, mientras que la gente ignora lo
que el Pueblo entiende por allí! Los sufí hablan de unión y distinción, sin que
otros sepan el que da la vuelta, lo que son la unión y la realización (tahqîq), de otro modo que teóricamente y por fe. Afirmarlo
Todo lo que pueden a este respecto depende de su capacidad para imaginar, por
construcciones conceptuales (wahm), este a que
se refieren estas expresiones, puesto que es imposible saberlo mientras no se
haya unido a Dios. ” Por ejemplo, otra manera de presentar el mismo proceso, a
partir de la terminología coránica, consiste en describir distintos grados de
realización espiritual. Los maestros sufí distinguen tres fases en la subida
del alma hacia el conocimiento de Dios: en primer lugar el alma controlado por
sus pasiones. Llama al aspirante a la iniciación, que se considera como en esta
fase, mourîd (مُريد
[murīd], nuevo; nuevo adepto; discípulo).
Viene a continuación el grado del alma ella misma que se echa la culpa, es
decir, que pretende corregirse internamente, el iniciado que llega en esta fase
se llama salîk (farsi:
سالك [sālik], viajero)
itinerante, alusión simbólica al “viaje interior”. Luego el tercer y último
nivel es el del alma aliviado.
Maesto sufí
En
su obra en hacia “los itinerarios del paraíso” (“Masaalik
AL Jinan”), cheikh Ahmadou Bamba define
así los sufí:
La
verdad bastada es un científico, poniendo realmente su conocimiento en la
práctica sin transgresión
de
ninguna clase
Se
vuelve así puro de todo defecto, el corazón lleno de pensamientos justos
Trasladado
del gran mundo para consagrarse al servicio y amor de Dios, considerando a un
pie
de
igualdad el Luis de Oro y la trozo de tierra
Similar
a la faz de la tierra, a que, se lanzan todas clases de impurezas, siendo
objeto de más
duras
tratamientos, pero que sólo da nunca bien
El canalla, así como el hombre de bien, la muchedumbre a los
pies; pero sigue siendo inmóvil y
impasible
Comparable
a la nube que vierte por todas partes ondas, sin discriminación
Las
que alcanzan esta fase uno se basta, el que no lo alcanzó y que se dice bastado
es un impostor
Con
El Tiempo, los grupos de discípulos de estos maestros van estructurarse y a institucionalizarse [8].
La
fijación a este amo (cheikh) así como
tiene un método iniciático instaurado por este cheikh (tariqa) va a dar
lugar a la aparición de “hermandades” (término que debe tomarse en un sentido
amplio).
Los
apartados siguientes presentan una lista (lejos ser exhaustiva) de maestros
sufí, o al menos reconocidos como tales por sus discípulos
Primeros siglos
·
Dhul-Nûn al-Misri (m 859)
·
Bayazid al-BistamiBayazid (m 878)
·
Junayd (m 911)
·
Mansur al-Hallaj (m 922)
Del siglo V al siglo VIII
de la hégira (siglos
XI/XIV)
·
Abd al Qadir al-Jilani (m 1166), fondateur de la Qadiriyya
·
Abu al-Najib Suhrawardi (en) (m
1168), fondateur de la Suhrawardiyya
·
Ahmed ar-Rifa' I (en) (m
1181), fundador del Rifa' ia
·
Abou Madyane (m 1197), surnommé
“cheikh al chouyoukh” [9]
·
Abdessalam Ibn Machich (m 1228) (amo del fundador del tariqa Chadhiliyya).
·
Rûzbehân (m 1209)
·
Farid Al-Din
Attar (m entre 1190 y 1229)
·
Abi Mohammed Salih (m 1234) Sufí del principio
del Siglo XII cuya acción desbordó las
fronteras de Marruecos.
·
Ibn Arabî (m 1240), iniciador de la escuela “Akbarienne”
·
Abou Hassan al-Chadhili (m 1258), fondateur de
la tariqa Chadhiliyya.
·
Saadi de Shiraz (m 1283 ó 1291)
·
Ahmad Ibn
'ATA Allah (m
1309)
·
Djalâl ad-Dîn Rûmî (m 1273), fondateur de
la Mevleviyya
·
Hafez (m 1337), poeta
·
A' d od-Din Mahmoud
Chabestari (m
1340)
·
Bahâ' uddin Naqshband (m 1388), fondateur de
la Naqshbandiyya
Del siglo IX al siglo XIII
de la hégira (siglos XV/XIX)
·
Sidi Abderrahmane Thaalibi (m 1471) Fondateur de la
Thaalibiya
·
Ahmad Zarrouq
(m 1494)
·
Muhammad ibn Aisa (m 1526)
dicho “Cheikh al Kamil” [10], fundador del tariqa Aissawa
·
Ahmad Sirhindi (en) (m 1624)
·
Sidi Mohamed EL habri (m
1899), fundador del tariqa AL habria
·
Imán AL Haddad
(en) (m
1720)
·
Sidi M' hamed Bou
Qobrine (m 1793) Alger et Bounouh.
Fundador del Rahmaniya
·
Ahmad ibn ` Ajiba (m 1809),
autor numerosas obras incluidos un comentario del “Hikma”
de Ibn ATA Allah, una
autobiografía y un comentario del Corán.
·
Al-Mukhtar
al-Kunti (en) (m 1811). Revificateur
del Qadiriyya en el África el
occidental.
·
Abou al-Abbas Ahmed at-Tijani (m 1815), fondateur de la tariqa Tidjaniyya
·
Muhammad al-Arabi al-Darqawi (m 1823)
·
Ahmad ibn Idris (m 1837)
·
Umar Al Futiyu Tall (m 1864)
·
El emir Abd
EL-Kader (m 1883)
·
Muhyi-i Gülșeni
SigloS XIV/XV (siglo XX)
·
Nazim Haqqani
·
Ahmadou Bamba (m 1927), fondateur du mouridisme
·
Al Hajj
Malick Sy
·
“Cheikh
AL Islam” Ibrahima Niass Sahiboul Fayda
·
Cheikh Hamallah
·
Ahmad Al Alawi
·
Hisham Kabbani
·
Mohamed Belkebir del Touat
·
AL hadji
Abbdallahi Negaba
·
Muhammad Al Khalifa Niasse
·
EL Hadj
Hassan Cisse
·
Ibn Abass Sall
Otros maestros
Sufís víctimas de persecuciones religiosas
·
A' d od-Din Mahmoud Chabestari, quemado sobre una hoguera
·
Abdeslam Ben Mchich Alami, assassiné [11].
·
Baba ould
Cheikhna Ahamada Hamahoullah
·
Cheikh Sid Mohamed ould Cheikhna
Si
Federico Gonzalez [12] piensa que
“prácticamente todos los mártires sufí encontraron la muerte a las manos de
autoridades fanáticas religiosas o de legalistas literales, muy convencidas
tener razón y representar oficialmente el Islam”, de otros señalan que, en
particular, en el caso de al-Hallâj, es la revelación
de “verdades esotéricas” que causó su ejecución (véase, en particular, el
comentario del Râ' iyya
de Shârishî, que cita a Ibn Khaldûn
a este respecto).
Crítica
del sufismo heterodoxo
“Cuando
el Libro (Corán) se les recitaba, bajaron la cabeza, no por temor [de Dios],
¿Por
Allah, no bailaron para Lui.Une
tambourine, una flauta y la melodía de un cervatillo…
nunca ha visto una adoración por el entretenimiento? ”
A
lo largo de la historia, científicos procuraron responder a estas críticas,
como Suyûtî (en particular, acerca de la utilización
del rosario, que los opositores al sufismo denuncian como una innovación de
origen cristiana). Entre las obras más recientes que presentan con todo detalle
a la vez las críticas y su refutación, se puede citar el a Qawl
al-ma' rûf del argelino
Ahmad Al Alawi
(Sr. 1934), traduce en francés bajo el título “Carta abierta al
que critica el sufismo”.
Esta
confrontación permanente entre sufí y antisufí sigue
hoy día e incluso de manera acentuada, ya que se trata de un conflicto antiguo
y permanente dentro incluso de los medios religiosos del islam,
pero que anteriormente se limitaba a un “conflicto de peritos”. Los medios
modernos de comunicación que dan obviamente la posibilidad de expresárselo a
todos, y algunos conceptos del sufismo siendo por naturaleza inaccesibles a la
“razón que corta”, sólo que dependen del ámbito “de la intuición espiritual”
(es la característica incluso de una doctrina “esotérica”), la confusión, el
conflicto y los mismos sempiternos debates sólo pueden ir aumentando.
Notas
y referencias
1.
↑ El Corán, “la Caverna”, XVIII [archivo], 28; (AR) الكهف [archivo]
2.
↑
M Th
Houtsma, T W Arnold, A.J. Wensinck, E.J. Brill' s First Encyclopaedia of Islam, 1913-1936, vol. VIII, BRILL, 1993 (ISBN 978-900409796-4) [leer en línea [archivo]] [presentación en
línea [archivo]], “Tawwaṣuf”, p. 681-682
3.
↑ (en) Muhammad Hisham Kabbani, The Naqshbandi
Bastar Tradición Guidebook of
Daily Practices and Devociones, ISCA, 2004,341 p. (ISBN 978-193040922-4) [leer en línea [archivo]] [presentación en
línea [archivo]], “The Linguistic
Roots of the Term Tasawwuf”,
p. 50-51
4.
↑ Michel Joris, Nietzsche y el sufismo: proximidades herméticas gnostico, el Harmattan,
coll. “La apertura filosófica”, 160 p. (ISBN 2296013457) [leer en línea [archivo]], p.
88
5.
↑ René Guénon, Reseñas sobre el esoterismo islámico y el taoísmo, vol. 182, Gallimard, coll. “Las pruebas”,
1973,157 p., p. 18
6.
a, b, c, defgh I Gerhard J. Bellinger, Enciclopedia religiones, el libro de bolsillo (ISBN 2-253-13111-3)
7.
↑
http://www.at-tawhid.net/article-le-soufisme-origine-definition-et-clarifications-al-qushayri-as-suyuti-ash-shatibi-98289083.html
[archivo]
8.
↑
Zaineb S. Istrabadi, Qawa' id al-Tasawwuf, The
Principles of Sufism, annotated translation with introduction, Phd thesis with extensive information on his life, times,
contemporaries and interpretation of the text
9.
↑ Ref. necesaria
10. ↑
http://www.meknes-net.com/actualites/lire.php?news=932 [archivo]
11. ↑ Zakia Zouanat “Ibn Mashîsh maître d' al-Shâdhilî”, Al-Najah al-Jadida,
Casablanca, 1998
12. ↑ Federico
González, “Esoterismo Siglo XXI. En torno a René Guénon [archivo]”
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