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Shaktismo
Llama
a los adeptos del shaktismo shakta, porque consideran el shakti
(energía y divina potencia) como el principio absoluto. El término shakti se aplica muy especialmente a la
energía creativa de la divinidad, y es a través ella que se explica la acción
en este mundo de un divinidad superior y trascendente. Shiva despliega
a su Shakti como Vishnou su Lakshmî y Brahmâ su Sarasvatî.
Generalmente, la condición de esposa de la divinidad masculino principal sólo
es nada de otro la hipóstasis
mítica del principio femenino que, a su vez, toma nombres
diferentes según los contextos históricos y religiosos. En el culto de dios Shiva,
sus aspectos femeninos son Kâlî generalmente
(“la negra”) y Durgâ (“la difícilmente
accesible”). Es a través de la veneración del componente femenino de la
divinidad como “fuerza creativa” - reflejo antiguo del culto de la diosa-madre
- que es pasada la dicotomía
entre el transcendencia de dios y
su immanence terrestre. Dios masculino Shiva se
despliega, en efecto, en este mundo, a través sus aspectos femeninos, Durgâ o Kâlî.
Para
los shakta, Durgâ sería
incluso superior a su esposo, que no existiría sin el principio femenino. Durgâ sería pues similar al brahman,
Causa Principal de la realidad muy entera, en perfecta identidad con el
Absoluto, mientras que Shiva representaría el aspecto
estático del brahman. Es pues la energía femenina (shakti) que hace nacer y alimenta constantemente la
“naturaleza material” (Prakriti). Durgâ-Kâlî es pues la diosa-madre
y el divinidad central del shaktismo. Como imágenes
de la “gran diosa” (mahadevi), las mujeres de
cultura shakta gozan de un enorme aprecio; a ningún
tiempo, por ejemplo, no se inmolaron sobre la hoguera de su marido difunto y,
desde siempre, les está permitido casarse de nuevo después de un período de
viudez. El ritual shakta se teñe
de fuertes matices eróticos. En la unión sexual entre un hombre y una mujer se
reproduce, en efecto, la unión perfecta de Shiva y el
shakti, y el coito es una forma de la veneración del shakti.
El shaktismo está vinculado al tantrismo:
uno y otro constituyen, de una determinada manera, el desarrollo extremo del hinduismo.
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