Religiones y
Creencias
Lapsarianismo
El lapsarianismo
es el conjunto de las doctrinas
calvinistas que describen el orden teórico de los decretos de Dios, en particular el orden de sus decretos
para la caída del hombre y para la reprobación. El
nombre de esta doctrina viene del latín lapso
que significa “caída”.
El supralapsarianismo es la idea que los decretos de Dios de
la elección y la reprobación precedieron lógicamente el decreto de la
caída. Al contrario, el infralapsarianismo (llamado
también a veces sublapsarianismo [1]) afirma que los decretos de Dios
de la elección y la reprobación sucedieron
lógicamente al decreto de la caída [2].
Cualquiera
que sea la posición adoptada (supra o infralapsaire), se consideran todos estos decretos como que
están concebidos por Dios antes mismo de la creación del mundo.
Antecedentes
Los
primeros en haber formulado la posición supralapsaire
fueron Théodore de Bèze y Jérôme Zanchius [3]. Algún
calvinistas posteriores, en particular los influidos por la teología de Bèze, se incorporaron a esta posición. En Inglaterra, la influencia de Bèze se hizo experimentar en Cambridge
dónde William Perkins
y William Ames defendían
el supralapsarianismo, al igual que Franciscus Gomarus en los Países Bajos. Más
tarde, William Twisse escribió
la obra de referencia sobre el supralapsarianismo,
titulado The Rico of
God' s Amor unto the Vessels of Mercy
(las riquezas del amor
de Dios hacia las naves de misericordia [Ref.
necesaria]). Al siglo pasado, los más recientes
partidarios del supralapsarianismo incluían a Abraham Kuyper, Herman Hoeksema, Arthur Pink o también Gordon Clark. Históricamente,
se considera que menos de 5 % del calvinistas fueron supralapsaires
[3]. Por
otra parte, según Loraine Boettner y Curt Daniel, ningún teólogo principal de la Reforma y muy los poco calvinistas modernos
son supralapsaires [4].
La
posición infralapsaire se expresó en el sínodo de Dordrecht en
1618. En
los cañones de Dordrecht,
el artículo 7 del primer punto de doctrina enuncia:
“Ahora
Bien, la elección es la observación inmutable de Dios, por la cual, según el
muy libre y buen placer de su voluntad, por pura gracia, en Jésus-Christ, eligió por hola antes de la fundación del mundo -
de entre todo el género humano decaído por su propio a falta de su primera
integridad en el pecado y la perdición, - una determinada multitud de mejores
hombres, ni ni más dignos que otros, pero que, con
éstos, yacían en una misma miseria [5]”.
A la asamblea de
Westminster,
los supralapsaires estaban en minoría. Los
documentos resultantes de esta asamblea, Westminster
Normales, reflejan pues la posición infralapsaire.
Teología
Los
términos de supralapsarianismo e infralapsarianismo
a menudo se utilizan en un sentido general. El
primero significa mientras que Dios planeó la caída, y el segundo que Dios lo
ha previsto simplemente y, a partir de este momento, la permitió o reaccionó
simplemente ella. Por lo tanto, algunos pudieron creer que los todo
calvinistas eran supralapsaires, pensando que Dios
planeó la caída, mientras que calvinista ellos mismos no son unánime sobre esta
cuestión. Sin Embargo, en la escuela calvinista, los términos vinieron a cambiar de
sentido. Mientras que todos mantenían que Dios planeó la caída antes de la creación, debates surgieron con respecto a
la relación lógica, existente en el plan de Dios, entre la decisión de salvar
los individuos y la decisión de autorizar la caída. Los supralapsaires creen que en el orden lógico de los decretos
divinos, la elección y la reprobación individual tuvieron lugar lógicamente
antes de la caída. Los infralapsaires piensan al
contrario que se produjeron lógicamente posteriormente a la caída.
Las
dos posiciones siguen técnicamente la teoría del doble
predestinación, puesto que Dios fijó el destino eterno de los
cargos electos y rechazados. Sin Embargo, el “doble predestinación” es generalmente
hoy un término peyorativo y ambiguo utilizado para describir el que cree que
Dios trabaja activamente a guardar de la misma manera los cargos electos al
cielo que guarda el rechazado fuera del cielo. Este
último concepto es en realidad diferente del doble predestinación. No
se defendía por Jean Calvin
ni por la mayoría de los teólogos de la tradición reformada. Se
volvió popular con el hypercalvinismo.
El prefijo
latino supra significa sobre, encima,
o antes. El prefijo infra significa por su parte bajo,
debajo, o más tarde. El supralapsarianismo
es la idea según la cual la caída se produjo, entre otras cosas, para ayudar a
Dios a alcanzar su objetivo relativo a la elección y la reprobación de los
individuos. El infralapsarianismo garantiza en cambio, que
cuando la caída se planeó, no lo estuvo en referencia a los que se salvarían. Por
lo tanto, los supralapsaires (aquí en el sentido
calvinista) creen que Dios eligió qué individuos salvar antes de haber decidido
autorizar el hombre a caer. La caída que es entonces un medio de realizar la decisión
tomada previamente de enviar a algunos individuos en infierno
y de otro al cielo. La
caída que proporciona las condiciones necesarias para la condena de los
rechazados, y la necesidad de la redención en
el caso de los cargos electos. Al contrario, los infralapsaires
afirman que Dios ha planeado lógicamente el momento en que el hombre caería
antes de su decisión de salvar o condenar tal individuo entre otros. Además,
los infralapsaires destacan el hecho de que para
salvase, son necesario enfrentarle a algo del que necesidad ser salvado se debe
tiene. Lógicamente pues, la caída se situaría antes del decreto de la elección.
Históricamente,
uno de los intereses de la posición infralapsaire
reside en el hecho de que pueda, al menos en parte, constituir un posible théodicée acerca de la consecuencia lógica del
predestinación que es que Dios es el autor del pecado.
Los supralapsaires a menudo se califican hypercalvinistas,
aunque se trata de un término impropio. Los Todo hypercalvinistas
son en efecto supralapsaires, pero los todos supralapsaires no son hypercalvinista.
Mucho
calvinistas rechazan las dos doctrinas del lapsarianismo
por distintas razones. Es el caso de Herman Bavinck que considera los decretos de Dios
como de naturaleza eterno [7]. Otro
calvinistas (y mucho no calvinistas o de arminiens)
se oponen a estas doctrinas ya que piensan que cualquiera que sea el orden otorgado
a estos decretos, se trata de una simple suposición, inútil y completamente
hipotética.
Notas y referencias
1.
↑ Martin R. Gabriel, el diccionario el
cristianismo, Publibook, 2007, p. 461. [1] [archivo]
Consultado el 27 de agosto
de 2009.
2.
↑ (en) Isabel A. Livingstone, The Oxford
Diccionario of the Christian Church, 3.o éd., Oxford: Oxford University Cerca, 2005, pp 1800 y
1563.
3.
a b (en) Curt D. Daniel, The History and
Theology of Calvinism, TX: Scholarly
Reimpresiones, Dallas, 1993, p. 95.
4.
↑ (en) Loraine Boettner, “Infralapsarianism
and supralapsarianism [archive]”, Reformed Doctrine of Predestination, Eerdmans, 1932.
5.
↑ extrae Cañones de Dordrecht, nueva edición
realizada por la Fundación de Ayuda Mutua Cristiana Reformada en los
Países Bajos, en colaboración con las Ediciones Kerygma
en Francia, 1998 (ISBN 2-905464-08-9) [2] [archivo]
6.
↑ Martin R. Gabriel, OP cit., p.
280 [3] [archivo]
7.
↑ (en) Herman Bavinck, Supralapsarianism
and infralapsarianism [archive].
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