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Budismo vajrayāna

El vajrayāna es una forma de budismo, nombrada también budismo tántrico, cuya comprensión requiere la del mahāyāna y el theravāda. Contiene elementos similares al hinduismo y en particular al shivaísmo cachemirien. Al Tíbet, el vajrayāna y el bön, religión local, también se influyeron recíprocamente.

Su nombre sánscrito significa “vehículo” (yāna) del diamante o duro (vajra), indestructible y brillando como la última realidad, o de “rayo”, destructivo de la ignorancia, y vio de una rapidez fulgurante. Se llama también este vehículo mantrayāna y tantrayāna, puesto que recurre a mantras y tantras; se encuentra también el nombre guhyayāna (“transporta secreto” pues esotérico, traduce en chino por mìzōng 密宗 y en japonés por mikkyo).

Apareció en paralelo con el hinduismo tántrico. Sus primeros textos datan del siglo IV. Se desarrollaba ya bien en los alrededores del siglo VII al norte de la India, especialmente en los Estados de Orissa y el Bihar.

Se practica hoy día sobre todo en la región himalaya (Tíbet, Nepal, Sikkim, Bután, norte de la India, encierros occidentales y septentrionales de China). Se lo encuentra también en Mongolia y en algunas regiones de la Federación Rusa (Oblasts de Amor y Tchita, Repúblicas de Tuva, Buriatia y Kalmukia, Krai de Khabarovsk), así como en Japón (Shingon y Tendai). Sería la forma de budismo generalmente elegida por los no asiáticos, ante el Zen. Aunque el origen sea diferente, el Bonpo tibetano casi es a todos los aspectos un vajrayāna no budista.

Principios fundamentales

Según los Tibetanos, el Vajrayāna fue enseñado por el Buda Shākyamuni que dio tres tipos de instrucciones espirituales destinadas a liberar los estar sensibles del sufrimiento y a conducirlos a la más alta perfección del espíritu: el Despertar. Esta enseñanza habitualmente se reconoce bajo la expresión “volver a la Rueda del Dharma”. La Enseñanza de la “Primer Vuelta de la Rueda del Dharma”, las “Cuatro Nobles Verdades”, otorgado al Parque de los Antes a Sarnath, constituyen el corazón del Hīnayāna. La Enseñanza de la “Segunda Vuelta de la Rueda del Dharma” otorgado al Pico de los Buitres a Rajagriha (actual Rajgir), se refería a la “Perfección de la Sabiduría” (Sánscrito Prajnaparamita) describiendo la verdadera naturaleza de la realidad, sin existencia autónoma del ego y el mundo, la vacuidad (shunyata), al curso de la práctica del camino de bodhisattva; eso constituye el corazón del mahāyāna. Para disipar la contradicción aparente entre las “Cuatro Nobles Verdades” que sugieren que los fenómenos tengan una existencia independiente y la “Perfección de la Sabiduría” que demuestra que estos mismos fenómenos tienen una existencia interdependiente, el Buda volvió por tercera vez a la Rueda del Dharma, dando una nueva explicación de la vía hacia el Despertar. El Buda distingue, en particular, las enseñanzas sobre la realidad última de los sobre la realidad relativa, en función de la capacidad de comprensión de su audiencia. Esta Enseñanza se refiere a la naturaleza del espíritu que dista mucho de ser nada, esta ausencia de realidad intrínseca es dinámica, luminosa y sabio, constituye la naturaleza de Buda presente en todos los seres. Más allá de todos los conceptos de existencia e inexistencia, es la unión de la sabiduría y el compasión. La Enseñanza de la “Tercera Vuelta de la Rueda del Dharma” conecta los sūtras y los tantras. La vía de la Transformación del Tantras preconiza el empleo de métodos meditabundos y yogiques. La práctica del Vajrayāna requiere instrucciones recibidas al lado de un Lama, ya que de las visiones erróneas podrán ser inevitables.

El Vajrayāna se inscribe en el marco búdico y filosófico del Mahāyāna y requiere una buena comprensión del compasión y la vacuidad (shunyata). En el Mahāyāna, practicándolos, además del deseo de la liberación individual, hacen el de ayudar a otros sobre el camino del Despertar. Es el deseo de bodhicitta, el Espíritu de Despertar. Este compromiso fundamental es indispensable para acceder al Vajrayāna. Además, conviene realizar el bodhicitta absoluto de la doble vacuidad “sí” y de los fenómenos exteriores. La “Vacuidad” no es de ninguna manera sinónima de nada. Se trata de la realidad absoluta de todos los fenómenos: no existiendo hasta en la interdependencia, son desprovistos de existencia independiente, su aparición no es más que una realidad relativa. Esta última realidad, llamada verdad convencional es una trampa para el ignorante que toma lo que percibe para la única verdad, el sumergido en una ilusión que genera el sufrimiento. Sin embargo, las realidades absolutas y relativa de los fenómenos son indisociables. Filosofía de la vacuidad no es ni nihilista, puesto que admite la verdad relativa de los fenómenos, ni a éternaliste puesto que, según ella, los fenómenos siendo por naturaleza interdependientes, son termporales. Esta visión desemboca en una sabiduría infinita que, combinada al compasión sin referencia, son las primicias indispensables para la comprensión del tantrismo.

Mientras que los vehículos de sûtras predican la renuncia a las emociones perturbadoras para controlar el espíritu y llegar al Despertar, el vehículo de tantras preconiza la utilización del potencial de estas emociones. Si se reconoce que en naturaleza profunda los agregados “mi”, las emociones les son calidades de la Naturaleza de Buda, es posible purificarlos o transformarlos en sabiduría por distintos “medios hábiles”. Es la vía que transforma los venenos en remedios o catalizadores. El vajra, o cetro-diamante, simboliza el principio de esta transformación. Las cinco ramas de la parte baja representan los cinco agregados gruesos “mi” o las cinco emociones perturbadoras, avidez, cólera, ignorancia, orgullo y escepticismo. Las cinco ramas de la cumbre simbolizan los cinco Bouddhas o las cinco Sabidurías que resultan de la transformación de las emociones perturbadoras. Al medio, la esfera de la vacuidad es la clave de la transmutación. Para alcanzar el más allá del sufrimiento o nirvâna no es ya necesario rechazar lo samsâra, el “círculo vicioso” de nuestra existencia condicionada. La idea es transmutar las percepciones impuras en visiones puras. Lo samsâra no es nunca que nuestra percepción karmique impura, ella misma es el fruto de nuestros acondicionamientos y nuestra ignorancia. Hay en realidad indivisibilidad de samsâra y del nirvâna. Lejos ser de simples técnicas, los medios hábiles nacieron de la pura sabiduría del Bouddhas. Muy variados, incluyen entre otras cosas la visualización de la deidad de práctica, o Yidam, la recitación de mantras, fórmulas por las que se transforma la gasolina de las deidades en sonidos, la exposición de gestos simbólicos o mudrâ, rituales complejos, la elaboración de mandalas, la utilización de objetos rituales y danzas consagradas. Las deidades Yidam no son dioses exteriores sino de los arquetipos del Despertar, del Bouddhas distribuidos en cinco divisiones o familias según sus calidades respectivas.

El candidato al Vajrayāna debe elegir con discernimiento a un amo calificado a quien puede conceder toda su confianza. Éste le concede la transmisión de poder, o wang, y las instrucciones que le permitirán practicar un sâdhana, o “medio de realización”. Este sâdhana consistirá principalmente en imaginar la a deidad, o a Yidam, y a recitar su mantra, lo que es un medio potente de transformación de las características emocionales ordinarias en sabiduría. Cuando el yogui realiza por fin que su verdadera naturaleza no es diferente de la de la deidad, alcanza la liberación.

Este camino requiere la confianza o ausencia de duda, la pureza de visión y consagrado un vínculo, o samaya, perfectos con el amo. Encarnación viva de la transmisión del Bouddhas, tenedor de la Sabiduría de todos los amos de la raza que lo precedieron, el amo o Lama, es efectivamente indispensables.

Una forma de Mahāyāna

El Vajrayāna presenta las características del Mahāyāna de las cuales ha una forma:

El Vajrayāna a menudo se describe como un vehículo que es más rápido que el Mahayana y el Hinayana para alcanzar el Despertar, y potencialmente en una única vida. Como el Mahayana, se refiere a las prácticas y enseñanzas del Hinayana, que forma la base de la Enseñanza Budista. Kūkai, fundador de Shingon, piensa que el Vajrayāna debe considerarse como un “tercer vehículo” superior a los dos otros. En efecto, su enseñanza, monólogo del dharmakaya Vairocana con sí mismo, se privaría de toda contingencia, al contrario del “del pequeño” y “el grande” vehículos.

Prácticas

La particularidad principal del Vajrayāna es el recurso al Tantras u otros métodos de meditación yogiques como el Dzogchen (Mahasandhi, Mahasamadhi ou atiyoga), sobre todo practicado por el nyingmapa y el bön, o lo Mahamudra (Chagchen) de las corrientes Kagyüpa y Shingon.

Estas técnicas se transmiten típicamente de amo a discípulo. En efecto se dan por potentes, por lo tanto peligrosas si se practican de manera inadecuada, y corresponde al amo apreciar lo que debe lo enseñarse y a qué momento. El Tantras se presenta como que depende de un nivel superior (tercera rueda) al Soutras Hīnayāna (primera rueda) y Mahāyāna (segunda rueda). Habrían sido enseñados por el Buda histórico, pero tenidos secretos.

Definición a la deidad

La práctica tántrico más general es la definición a una deidad (despiertase), supuesta desarrollar más rápidamente la “Naturaleza de Buda” presenta en cada uno gracias a la percepción directa de la beatitud divina libre de compromisos. Esta deidad elegida como apoyo de meditación se nombra yidam en tibetano e ishtadevata en sánscrito. La definición se hace por medio de su visualización y de la de su medio ambiente, ayudada de apoyos gráficos (yantras et mandalas), de la realización de gestos rituales (mudrā) con accesorios simbólicos, y de las recitaciones de mantras. Una unción (abhisheka) previa del amo confiere al discípulo el poder de emprender eficazmente este ejercicio.

Esta práctica se nombra para el Shingon Sanmitsu, los “Tres misterios” (o los tres medios misteriosos): el del cuerpo (Mudrā), el de la palabra (mantra) y el del espíritu (visualización), que debe perfectamente adjuntarse en la meditación. La mayoría de los mandalas japoneses pertenecen al una de las dos categorías taïzôkaï y kongôkaï

Deidades

El Vajrayana dispone de un panteón de deidades múltiples: Bouddhas, guardias o encargados, y Bodhisattvas (entre los cuales algunos patriarcas del budismo tibetano). No se trata de “deidad” en sentido habitual, sino de apoyos de meditación, los cuales sin embargo a menudo son interpretados por el laicos como “divinidad”. Se trata de recurrir a las apariciones para realizar la ausencia de naturaleza propia de la verdad sí. Las figuras generalmente elegidas son Avalokiteshvara, Destararon, Manjushri, Chakrasamvara (Heruka), Vajrayogini (Vajradakini), Vajrakilaya así como los patriarcas Hevajra (sakyapa) o Vajrabhairava - Yamantaka (gelugpa). Se invitan Algunas figuras presentan una forma “enojada” útil para estimular el que practica o canalizar la cólera, ya que él a transformar las emociones e impulsos físicos negativos o parásitos en energía positiva y compasión en beneficio de los otros. Una particularidad de la iconografía vajrayāna es la representación yab-yum de algunas deidades, expresando distintas formas de uniones duales como la del compasión y la sabiduría.

Las deidades principales de Shingon forman a un grupo llamado los Trece Bouddhas (Jusan Butsu). Ce sont les cinq dhyani bouddhas Dainichi Nyorai (Vairocana), Shaka Nyorai (Shakyamuni), Yakushi Nyorai (Bhaisajyaguru, Buda de medicina), Amida Nyorai (Amitabha) et Ashuku Nyorai (Akshobhya), les sept bodhisattvas Monju Bosatsu (Manjushri), Fugen Bosatsu (Samantabhadra), Jizo Bosatsu (Ksitigarbha), Miroku Bosatsu (Maitreya), Kannon Bosatsu (Avalokiteshvara), Seishi Bosatsu (Mahasthamaprapta) et Kokuzo Bosatsu (Akasagarbha) et enfin Fudô Myôô, qui dans ce système est l' une des formes irritées de Dainichi Nyorai.

Visualizaciones corporales

El Vajrayāna hace referencia a visualizaciones corporales que toman apoyo sobre las tradiciones indios y tibetanos: pranayama, cakras, kundalini etc la medicina hecho por otra parte parte de las materias enseñadas en los monasterios himalayos.

Iniciación y unciones

La adhesión al Vajrayāna requiere una ceremonia de iniciación que es una autorización formal y una transferencia “real” de calidades sutiles conferida a la vez al discípulo. Es presidida por un Lama que tiene la autorización de iniciar su fieles. El Dalaï lama efectuó iniciaciones Kālacakra a cientos de millares de personas. Existe unciones también consustanciales a algunas prácticas. Las potencias del Buda pueden así transmitirse a través de apoyos: transferencia del nirmanakaya por el agua azafranada consagrada contenida en un barro, del sambhogakaya por uno mantra recitado con Malla, del dharmakaya en forma del Dorjé (o Vajra) u otro accesorio ritual.

El practicando laicos pueden solicitar, además de los poderes espirituales, del bienestar material y la salud que les permiten proseguir bien su práctica. En Japón, el Shingon kaji especialmente se conoce para estos rezos nombrados.

Accesorios rituales

En el Vajrayāna tibetano, los ornamentos de altar más corrientes son cuencos de agua, lámparas al aceite (tradicionalmente de la mantequilla de yac), lámparas con forma de loto, el incienso, los tormas (conos de harina de cebada y mantequilla de origen bön). Los rituales recurren al Vajra (Dorjé en tibetano), rayo o de diamante, que simboliza el compasión y el método, al ghanta (dril bebido en tib.), campana, que representa la sabiduría, al tambor damaru, y al phurpa, daga ritual, que pourfend los obstáculos.

ver también: altar Shingon [1]

Jubilaciones

En el budismo tibetano, los monjes o los laicos pueden efectuar jubilaciones de tres años (tradicionalmente, tres años y tres meses lunares) consagradas a la profundización de algunas prácticas precisadas por su amo. Una vez terminada, obtienen el título de Lama. Se preparan por la realización de numerosos rituales como el Ngöndro (las prácticas preliminares).

Tulkus y reencarnacíons

Otra especificidad del budismo tibetano es la existencia de razas de reencarnacíon que se encuentra en todas las cuatro escuelas Kagyu, Gelug, Nyingma y Sakya. Para algunos grandes amos, después de su muerte, sus ayudantes buscan su reencarnacíons, a veces ayudados por indicaciones que dejaron al enfoque de la muerte. Los ejemplos mejor conocidos son Dalaï Lama, el Panchen Lama y el Karmapa. Por otra parte, no es raro que algunos jefes temporales o religiosos estén considerados como la emanación de una deidad, Avalokiteshvara, Amitabha o Manjushri.

Historia

La India

No se determinaron aún los orígenes exactos del tantrismo bien. Algunos piensan que nació en el valle del Swat en Pakistán, de otro en el sur de la India. Los primeros textos aparecen en torno en el siglo IV. La Universidad de Nalanda fue un centro importante hasta el siglo XI. Según la decadencia del Budismo, desapareció en el siglo XIII hasta la llegada de exiliados tibetanos a Dharamsala en el siglo XX.

China

En China y en los países a fuerte población china como Hong Kong, Taiwán, Malasia o Singapur, a Tángmì comúnmente el budismo esotérico se llama ( ) “el budismo secreto del Dynasty Tang” o Hànchuánmìzōng ( 密宗) “el budismo Secreto de la Transmisión Han” (Hanmi para hacer brevemente) o Dōngmì ( ) “el budismo secreto del Este”, para diferenciarlo de su homólogo del Tíbet. Es bajo el nombre de Mizong (escuela esotérica), que el budismo tántrico penetra en el siglo VIII gracias a 3 principales traductores, Vajrabodhi (CH 金剛智) (671-741), Shubhakarasimha (637-735) y Amoghavajra a 不空金剛 (705-774), a patriarcas de Zhenyan 真言 (palabra verdadera o mantra). Los emperadores Suzong (R. 756-763) y Daizong (R. 763-779) le conceden un gran crédito y lugar sobre sus consejos el imperio bajo la protección del boddhisattva Manjusri, haciendo del monte Wutai un centro de difusión tántrico. Pero su implantación será de corta duración ya que la prohibición de las religiones extranjeras decidida en 845 por el emperador Wuzong le será inevitable. Sin Embargo, Huiguo 慧果, discípulo de Amoghavajra, habrá tenido tiempo de iniciar a Kūkai que establecerá la corriente Zhenyan en Japón bajo el nombre de Shingon.

El Vajrayāna reaparece bajo las dinastías Yuan y de Manchuria, elegido oficialmente por el tribunal, pero no impuesto al resto del país donde el Mahāyāna es predominante, a excepción de las regiones occidentales próximas a Himalaya. Desde los años cincuenta, según el éxodo de los monjes tibetanos, se difunde de nuevo con un determinado éxito en el mundo chino.

Tíbet y reinos himalayos

Artículo detallado: Budismo tibetano.

Japón

Artículo detallado: Budismo en Japón.

Se encuentran en Japón, además de escuelas del mahāyāna, a las escuelas tántricos chinojaponesas (alrededor de 20 millones de practicando):

Indonesia y Malasia

Al final del Siglo VIII, el Vajrayāna se establece desde India sobre la isla de Java donde se construye el templo de Borobudur. El imperio de Srivijaya se convierte en un centro de difusión del budismo tántrico. Hubo el alumno de Serlingpa, príncipe y monje. El Islam lo eclipsó en el siglo XIII.

Mongolia

En 1239, los Mongoles penetran por primera vez en Tíbet en el marco de su cerco militar de China. En 1244, el príncipe Köden invita a Sakya Pandita, jefe de los sakyapa, a volverse al Kokonor para reconocer la soberanía feudal mongol sobre el Tíbet. Éste trae con él dos sobrinos, Drogön Chögyal Phagpa ('Phags-pa; 1235-1280) et Chana Dorje (Phyag-na Rdo-rje) (1239-1267). El príncipe manifiesto, dicho, un gran interés por el Budismo y se convierte en un adepto. En 1260, el año en que se volvió el Khan de los Mongoles, Kubilai Khan nombró a Chögyal Phagpa su Regente Imperial. Según los Mongoles actuales, Phagpa fue el primero “en inaugurar la teología política de la relación entre el Estado y la religión en el mundo budista mongol tibéto” [2], [3]. Con el apoyo de Kubilai Khan, Chögyal Phagpa se estableció así que a su escuela como poder político preeminente en Tíbet. En 1269, Kubilai Khan, da el control administrativo del Budismo en China a penetró sakyapa. Adoptado oficialmente por la familia imperial (que conserva sin embargo los shamans y ceremonias de su religión tradicional), el Vajrayāna se extiende en los Mongoles. Se descubren algunos tulkus, reencarnados jefes de linajes, entre ellos. Los vínculos siguen siendo políticos que religiosos tanto, como da prueba una intervención militar al final del Xvii siglo para establecer a nuevo a Dalai Lama. Hoy día aún, el Vajrayāna permanece practicado por la mayoría de los Mongoles.

Exilio y difusión

En La Actualidad, casi todos los grandes monasterios y jefes de linajes del Vajrayāna tibetano tienen su sede principal en Nepal, en la India, al Sikkim, en Bután o al Ladakh. Mucho (incluido el Bön) aprovechó la ocasión para propagar activamente su enseñanza fuera de las regiones himalayas. Si la raza gelugpa es la más extendida en los Habitantes Del Himalaya, Karma Kagyu parece tener una presencia internacional más importante. El budismo Shingon también se difunde fuera de Japón.

Notas y referencias

1.        ↑ Shingon Buddhist Intl. Institute: Ritual: Butsudan [archivo]

2.        ↑ Una historia del Tíbet: Conversaciones con Dalaï Lama, de Thomas Laird, -Lama dalaï, Christophe Mercier, Plon, 2007, ISBN 2-259-19891-0

3.        F.W. Mote. Imperial Se Burló 900-1800. Harvard University Cerca, 1999. p.501

 

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