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Lugares

 

Santo Toribio de Liébana

El monasterio de Santo Toribio de Liébana es un convento franciscano situado en el municipio de Camaleno cerca de Potes, en Cantabria (España), en el comarca de Liébana.

Alberga el Lignum Crucis, que es, según los católicos, el fragmento más grande de la Cruz en la cual se crucificó a Jesucristo. Es con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz uno de los lugares santos del cristianismo.

 

 

 

 

 

Historia

Zone de Texte: Lignum Crucis
Al Igual que todas las reliquias, el Lignum Crucis (la madera de la Cruz) tiene una historia muy variable según las fuentes. Sin Embargo, todos los relatos del a época afirman que es Santa Elena, emperatriz romana del siglo IV, quien estaría en el origen de la Invención de la Cruz. Llegada para restaurar los Lugares Santos en Palestina, habría encontrado los clavos, las tres cruces y el “titulus crucis” (placa “INRI” puesta por Pilatos) en el sitio del calvario, en un templo construido por Hadriano y dedicado a Afrodita. Este templo dio paso a la basílica del Santo Sepulcro. Por el contrario, las explicaciones divergen en cuanto a la manera en que Santa Elena habría reconocido la Verdadera Cruz entre las tres presentes. Algunos afirman que se habría producido un milagro, o que una inscripción habría estado presente ante la Verdadera Cruz. Otros se basan en el Evangelio de San Juan, según el cual se Jesús fue crucificado solo, por lo que sólo una cruz habría llevado marcas de clavos.
Más tarde, la cruz se dividió numerosas veces y atravesó diversas guerras, su rastro es pues muy difícil de seguir.
Las innumerables reliquias de la Cruz hicieron nacer muchas dudas y, con el fin de garantizar su importancia y su credibilidad, el monasterio Santo Toribio hizo hacer examinar el Lignum Crucis por científicos en 1958. Éstos certificaron que se trata de un cupressus sempervirens, en particular, presente en Palestina.
El Lignum Crucis se conserva en un relicario de plata dorada del siglo XVI.

 
El origen del convento es indeterminado, puesto que no se conoce fecha precisa de fundación. Si la primera mención escrita de un monasterio de Turieno está fechada en 1125, data probablemente del tiempo de los Visigodos. En efecto, su fundación se atribuye a un obispo de Palencia, nombrado Thoribe (en español Toribio), que se retiró en el siglo VII para vivir de acuerdo con la norma benedictina. El monasterio se consagró al santo Martín de Turieno y que posteriormente cambió por santo Toribio de Liébana en el siglo XII.

Fue en el siglo VIII, durante las invasiones árabes, cuando adquirió su importancia actual. En esta época, Liébana, protegida por las montañas, acogió a numerosos refugiados católicos y el Lignum Crucis. En realidad, éste fue traído de Palestina en el siglo V por el obispo Toribio de Astorga. Con el fin de escapar a las profanaciones del invasor, se transfirió al monasterio que lo ha conservado hasta nuestros días.

En el mismo siglo, el monasterio acogió al monje Beato, que escribió sus libros iluminados, en particular, su Comentario de la Apocalipsis.

El monasterio fue una posesión real hasta que Alfonso VIII se lo ofreció a los condes de Liébana Don Gómez y Doña Emilia, que lo anexionaron al monasterio de Oña en Burgos.

Reconociendo la importancia del convento, el papa Julio II le concedió, por una bula del 23 de septiembre de 1512, el privilegio de celebrar el Jubileo. El convento se convirtió entonces en un gran centro de peregrinación.

Durante la desamortización (expropiación de los nobles y de la clero a favor de los burgueses), el convento debió vender sus bienes en 1837 y posteriormente entró en decadencia. Es necesario esperar hasta 1961 para que el edificio fuese renovado y recuperase su prestigio.

Arquitectura

Aunque compuesto por una superposición de estilos arquitectónicos, el monumento no conserva ningún rastro de las construcciones primitivas.

Los estilos dominantes son el prerrománico, el gótico, el mozárabe y la asturiano.

La iglesia actual data de 1256, se construyó gracias a las indulgencias del obispo de Palencia. Principalmente de estilo gótico, su arquitectura luminosa y desnudada sigue la línea cisterciense. El ábside principal conserva una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles del siglo XVI. En otro ábside se conserva desde el siglo XIV una estatua de santo Toribio que conserva sus colores originales. Los capiteles de las columnas representan principalmente pájaros y toros. Estos motivos recuerdan la leyenda según la cual estos dos animales ayudaron a santo Toribio durante la edificación de la iglesia.

Las puertas, situadas en la fachada sur, son de estilo románico y más antiguas que el resto de la iglesia. La puerta de la derecha, la Puerta del Perdón se abre solamente en el Jubileo.

La puerta de la fachada norte conduce a la capilla de estilo barroco, construida en 1705. Conserva el Lignum Crucis.

El claustro data del sigloXVII.

El Jubileo

El año de Jubileo se celebra cuando la fiesta de Santo Toribio, el 16 de abril, es un domingo. Concedido por los papas Julio II y León X en el siglo XVI, el Jubileo se ha convertido en anual gracias a Pablo VI en 1967. El último Jubileo se celebró en 2006.

Durante todo el año, el monasterio y la comarca de Liébana son lugar de numerosas celebraciones y la Puerta del Perdón está abierta.

La vez

Este hábito ancestral, cuyos orígenes son dudosos, quiere que, desde el 16 de abril hasta el primer domingo de octubre, dos personas venidas de cada pueblo del Liébana adoren el Lignum Crucis. Este acontecimiento lo organiza la Hermandad de la Santa Cruz, fundada en el siglo XII por los obispos de León, Palencia, Burgos y Oviedo.

 

El Comentario al Apocalipsis es la principal obra de Beato de Liébana, que la dedicó a Eterio de Osma, otro religioso que se refugió en la Liébana cántabra, huyendo de la invasión árabe. La atribución de la obra a Beato se considera cierta, aunque no tenemos ningún testimonio directo de que su autor sea él. La obra generó una de las más famosas colecciones de manuscritos: Los Beatos.

Del Comentario se supone que hubo varias redacciones. El cálculo de las edades del mundo en el libro IV induce a sospecharlo. La primera redacción se remontaría al año 776 y la segunda al 786, en plena controversia adopcionista. En ésta habría una refundición, añadido de textos ajenos al comentario, modificación de la cronología y la dedicatoria a Eterio. La autoría del "Comentario" se basa precisamente en la dedicatoria y en la suposición generalizada de que en esa época y en esa parte de la cristiandad sólo podía componer una tal obra el autor del "Apologetico", obra con la que tiene coincidencias textuales.

En realidad, la labor de Beato fue sobre todo la compilación y ordenación de textos de muy distinta procedencia, para crear un conjunto con sentido propio. Es evidente que su aportación literaria es muy escasa, pero Beato enlaza citas de muy variada procedencia en unidades sintácticas amplias, tarea en la que demostró no poca habilidad. Por este motivo, el "Comentario" se aleja del modo compositivo de las catenae patrísticas, yuxtaposición de citas de obras de los Santos Padres. La técnica de Beato demuestra una voluntad de enlazar unas citas con otras y organizarlas para hacer un texto unitario con hilo propio. Esta técnica que ha sido denominada como de 'mosaico' es la principal aportación de Beato.

Ver:

Miniaturas de Beato de Liébana en su comentario al Apocalipsis

 

 

 

Quinta da Regaleira

Constituye uno de los monumentos más sorprendentes y enigmáticos del Paisaje Cultural de Sintra (Portugal). Está situada en el elegante recorrido que unía el Pazo Real con el palacio y campo de Seteais, dentro de los límites del centro histórico. Entre 1898 y 1912 Carvalho Monteiro la transformó en su lugar predilecto, otorgándole las características actuales.

Como representación del cosmos, el jardín se revela aquí a través de la sucesión de lugares impregnados de magia y misterio. La demanda del paraíso se materializa coexistiendo con un mundus inferus – un dantesco mundo subterráneo – al que el neófito sería conducido por el hilo de Ariadna de la iniciación. Se concreta entre los diferentes escenarios la representación de un viaje iniciático, cual peregrinato mundi, por un jardín simbólico en el que podemos sentir la Armonía de las Esferas y escrutar la alineación de una ascesis de consciencia, en analogía con la demanda del Ser que destaca de las grandes epopeyas. En estos ámbitos se dejan ver referencias a la mitología, al Olimpo, a Virgilio, a Dante, a Milton, a Camões, a la misión templaria de la Orden de Cristo, a grandes místicos y taumaturgos, a los enigmas del Arte Real, a la Magna Obra Alquímica. Esta sinfonía de piedra, cincelada por las manos de constructores de templos empapados por un verdadero espíritu de tradición, revela la dimensión poética y profética de una mansión filosofal lusa.

Una obra intemporal

La Quinta de Regaleira surge en el seno del Paisaje Cultural de Sintra como ejemplo de Obra Total y expresión de un nuevo territorio místico, en el que se funden la filosofía, el arte y la naturaleza. La enorme profusión decorativa y simbólica de la Regaleira, trazada con el talento y virtuosismo del escenógrafo y arquitecto italiano Luigi Manini, cubre un mensaje polifacético y coherente, de cariz humanista y espiritual, que su mentor y propietario – Antonio Augusto Carvalho Monteiro (1848 – 1920) – quiso dejar patente en esta obra de pasión.

El profundo conocimiento de la literatura clásica y universal, de las óperas del Romanticismo, así como los misterios de la naturaleza que Carvalho Monteiro estudió durante medio siglo quedó aquí reflejado en una obra intemporal, madurada pacientemente, siguiendo uno de sus lemas predilectos: “Festina Lente” – Despacio, que tengo prisa.

Mansión filosofal por excelencia, es fruto de una indefectible labor cuyo mensaje se dirige al “Hombre nuevo”, vacío de prejuicios e ideas preconcebidas, capaz de emprender el gran viaje de la existencia y de dejarse mover por la aventura de conocerse a sí mismo, su origen y destino, arrojando luz sobre los misterios de la vida y del cosmos.

La Regaleira también asume un carácter único en el panorama mundial de los jardines. Enuncia un paisaje épico en la recreación del Paraíso perdido, que los conocimientos de su propietario sobre la biodiversidad – en particular la del Nuevo Mundo – permiten evocar, inscribiéndose de forma singular en la tradición de los grandes jardines europeos como Bomarzo, Villa d'Este o Fontainebleau, espacios de consagración de la naturaleza en los que se revisita el pensamiento clásico de Platón o de Aristóteles y donde resuenan, desde el Renacimiento, las grandes intuiciones del hermetismo.

 

Zone de Texte: Pozo iniciático
“Torre invertida” que se hunde cerca de 27 metros en el interior de la tierra, con acceso a través de una monumental escalinata en espiral. Se plantea como un espacio de consagración, de connotaciones herméticas y alquímicas, donde se intensifica la relación entre la Tierra y el Cielo.
 
Axis Mundi
En el centro de la Montaña Sagrada, este templo interior simboliza el Reino del Centro, el Axis Mundi, el eje que une la tierra al cielo. El pozo, con forma de torre invertida, dispone de cuatro accesos en niveles distintos, cada uno orientado hacia uno de los puntos cardinales. La abertura superior simboliza la unión vertical a la Esfera celeste.
De las Tinieblas a la Luz

Las deambulaciones en las galerías subterráneas de la Regaleira y su convergencia en el templo interior corresponden a las etapas de un proceso alquímico a través del cual el Hombre podrá encontrar, en sí mismo, la llave para su transmutación interior y regenerarse espiritualmente.

Cada uno de los accesos al pórtico del templo interior integra el recorrido simbólico del solicitante que, en su viaje iniciático, enfrentándose a diferentes pruebas (relacionadas con los cuatro elementos), atravesará las tinieblas para reencontrar la Luz. La tradición hermética asocia cada elemento a umbrales de consciencia sucesivamente superiores, accesibles mediante una ascesis interna.

 

Capilla

La capilla, neomanuelina, exhibe un rico programa iconológico cuyo tema central es el cielo mariano y de Cristo, con destaque especial para las escenas de la Anunciación y la Coronación de María.

Su simbolismo también alude a la Orden de Cristo, heredera de la misión templaria.

 

Los Lugares del Templo

En la arquitectura sagrada se establece una relación entre los distintos lugares del templo y el cuerpo humano. La jerarquización del espacio sagrado determina, para cada zona de la capilla, una calidad distinta de la participación en el culto.

En los trazados del pavimento y de la bóveda de la nave destacan puntos notables que se corresponden, coincidiendo en los mismos ejes verticales. En esta relación, se observa la superposición de los símbolos de influencias celestes  (4 ángeles, esferas armilares en las claves)con los símbolos de acción concreta en la Tierra (como la Cruz de Cristo).